Brasil frente al desprecio de México

La visita de la presidenta de Brasil ¿para qué?.  La presidenta de Brasil ha realizado su primera vista a México, para firmar un acuerdo de cooperación y facilitación de las inversiones, para fortalecer la relación bilateral y sellar acuerdos de inversión, servicios aéreos y turismo. Nada extraordinario, casi una visita protocolaria de tres días, si comparamos la visita Dilma Rousseff con los encuentros de Ignacio Lula Da Silva con Felipe Calderón en el pasado sexenio, donde en cada una de ellas propuso que Brasil y México lideraran el proceso de integración regional de América Latina, que construyeran una gran empresa petrolera multinacional, sin que nada se hiciera.

 

 

Ahora, no hay mayores propuestas que trasciendan, Brasil no sólo tiene muchos problemas internos que solucionar, sino su mirada fija en el proceso de integración de América del Sur, que México trata de retardar con la Alianza Pacifico, donde participa con Colombia, Chile y Perú. Pero al margen de ello, en América del sur, ahora a un ritmo más lento que en la época de Hugo Chávez y Lula, la integración avanza y como la construcción de infraestructura para la integración regional, ahora con la concreción de la construcción del tren transatlántico que unirá a las costas del Atlántico con las del Pacifico desde Brasil hasta Perú.

 

Quizá lo más importante de esta visita de la presidenta Dilma Rousseff, será el relanzamiento de los trabajos de la Comisión Binacional México-Brasil, encabezada por los cancilleres de ambos países y que reúne a varias Secretarías de México y Ministerios de Brasil. Esperemos que a partir de ahora las cosas comiencen a mejorar entre México y Brasil, que nuestro país deje de verlo como su rival y comience a considerarlo un socio estratégico.

 

Parece haber cambiado poco la filosofía que alimenta la política exterior de México en la Cancillería y, en consecuencia, la política hacia Brasil sigue siendo la misma que en los dos últimos sexenios del PAN, debido a que sigue siendo dirigida por los mismos cuadros dirigentes, que en la Cancillería o en otras dependencias federales instrumentaron las políticas del Estado en los 12 años y hoy controlan la Secretaria de Relaciones Exteriores.

 

La presidenta Rousseff ha declarado que las relación de Brasil con México es “una relación que interesa a Brasil porque tenemos conciencia de la importancia que tiene México para la unidad latinoamericana. Unidad que debe darse respetando las diferencias entre los países” y ha dicho que su “viaje abre un nuevo capítulo en nuestras relaciones. Cuando recibí al presidente Enrique Peña Nieto, él vino poco después de ser electo, coincidimos en que para Brasil era fundamental aproximarse a México y para ellos era fundamental aproximarse a Brasil. Y que era fundamental para toda nuestra región que esto ocurra”, señaló.

 

Pero lo lamentable, pese a los esfuerzos de Brasil por acercarse a México, es quenuestro país siga viendo a Brasil como su competidor y no como su socio, haciendo que hasta ahora entre ambos países no exista una asociación estratégica que les permita convertirse como en Europa Francia y Alemania, los lideres de un proceso de integración regional. Lamentable que México siga teniendo entre sus prioridades las relaciones con América del Norte y América del Sur sea sólo una distracción.

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