Home Cultura Bóveda de San Nicolás y San Pedro Mártir renace con esplendor

Bóveda de San Nicolás y San Pedro Mártir renace con esplendor

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Al acercarse a la fachada exterior de este templo gótico se despliega ante los ojos del visitante una enorme bóveda pintada al fresco

 

 

Encastrada en un ángulo poco visible del centro histórico de Valencia, España, la iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir oculta un tesoro artístico del que hasta hace poco apenas se hablaba. Al acercarse a la fachada exterior de este templo gótico se despliega ante los ojos del visitante una enorme bóveda pintada al fresco cuya riqueza cromática y armonía iconográfica ha sido bautizada con el sobrenombre de «capilla Sixtina valenciana» por el propio restaurador de las pinturas murales de Roma. Gianluigi Colalucci ha asesorado personalmente los trabajos de recuperación arquitectónica y pictórica llevados a cabo durante los tres últimos años por un equipo multidisciplinar liderado por Pilar Roig, catedrática del Instituto de Restauración de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).

 

Los asombrosos resultados de esta intervención –financiada en su totalidad por la Fundación Hortensia Herrero– se mostraron el jueves pasado por primera vez al público, dejando patente la maestría del pintor Dionís Vidal, discípulo de Antonio Palomino. Este último –autor a su vez de destacadas obras barrocas, como los frescos de la basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia o los de la cúpula del camarín de la cartuja de Granada–, diseñó la planificación iconográfica de los casi 2.000 metros cuadrados de superficie pictórica que hoy resplandecen con su encanto original.

 

Hilo conductor

 

Una de las principales particularidades de las pinturas de esta iglesia es que guardan un hilo conductor temático, que revela a su vez el incipiente pensamiento ilustrado del que Palomino era un claro referente. Partiendo del tragaluz del final de la nave en dirección al altar mayor, la bóveda refleja en orden cronológico distintos capítulos de la vida de los dos santos que dan nombre al templo. Así, a la izquierda se nos presenta la ordenación sacerdotal de san Nicolás, mientras que en la derecha aparece san Pedro Mártir tomando el hábito de dominico. Siguiendo la misma distribución vertical, los lunetos muestran los milagros más relevantes de la existencia de ambos, hasta su muerte y su eventual llegada a la gloria celestial.