Bombardean el principal hospital de Alepo

Continúa el genocidio

La ofensiva cobra una intensidad sin precedentes en la dividida ciudad del norte de Siria
Un año después del despliegue militar ruso en favor del régimen que dio un vuelco a la guerra en Siria, la batalla de Alepo marca una intensidad sin precedentes en más de cinco años de conflicto. El lanzamiento de barriles explosivos desde el aire dejó fuera de servicio ayer el hospital M10, el principal de la zona controlada por los rebeldes en la mayor ciudad del norte del país. A pesar de la ofensiva lanzada el 22 de septiembre por el Ejército leal al presidente Bachar el Asad –con apoyo aéreo de Rusia y de fuerzas terrestres chiíes de Irán, Líbano e Irak– apenas ha habido avances, pero los combates han causado ya al menos 220 muertos y destruido amplias zonas de la urbe.
Un corresponsal constató los daños sufridos en el hospital, que ya había sido bombardeado el miércoles, donde se observaban manchas de sangre en las camas, material sanitario dañado y vidrios rotos. El Observatorio dio cuenta de la muerte de una persona en el ataque. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha calificado de “crímenes de guerra” los ataques contra hospitales en Alepo.

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