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“Bitácora de mi entrañas”, la creación de Claudia Sandoval que le valió el Premio Estatal de Poesía

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“Bitácora de mi entrañas”, la creación de Claudia Sandoval que le valió el Premio Estatal de Poesía

Una noche antes de que anunciarán a los ganadores de los Premios Estatales de Literatura, Claudia Sandoval Zamorano; originaria del Estado de México y con 28 años de edad; soñaba que no ganaba el Premio Estatal de Poesía “Efrén Rebolledo” 2021 para el que se había postulado.

La mañana del 22 de diciembre esperó nerviosa un correo donde les notificaran algo al respecto, pero nunca llegó: “esta es una clara señal de que no gané”, fue lo que pasó por su mente.

Pero, aproximadamente a la una de la tarde, una llamada cambiaría todo; su amigo Moisés Lozada (quien ganó el Premio Estatal de Cuento “Ricardo Garibay 2021”) le anunciaba lo esperado: ella había ganado con su poemario “Bitácora de mis entrañas”.

ANTECEDENTES 

Su primer acercamiento con la literatura se dio cuando cursaba la primaria, donde leyó “La casa de los espíritus” de Isabel Allende: “en ese momento me di cuenta de que había algo en el oficio de la escritura que formaba parte de mí, que yo decía: yo quiero crear algo tan hermoso como esto”. 

Seguiría con algunos talleres de Iniciación en la Escritura, pero lo formalizaría después de hacer su primera maestría en el extranjero:  “Yo soy psicóloga de formación en la licenciatura y la maestría es en estudios de género y yo la hice justamente en el Departamento de Letras Inglesas de la Universidad de Oviedo, entonces fue ahí, como fuerte para mí, porque la formación era con filólogas, fue como entrar a un campo completamente nuevo, pero que creo, también me permitió acercarme sobre todo a la obra escrita por mujeres”.

Su maestría hizo que entrará en contacto con la teoría crítica literaria feminista, una de las cosas más importantes y que fue consecuencia de querer formarse en el área de escritura creativa. 

“BITÁCORA DE MIS ENTRAÑAS”

El poemario, escrito en 38 cuartillas, está dividido en dos partes. La primera se centra “en un par de poemas que hacen referencia justamente a la desaparición de las mujeres”, así como al concepto de miedo tanto teórica como estéticamente: “lo que intente explorar justamente en esa obra, fue como un poco de miedo, el miedo que muchas compartimos”.

Además, se inspiró en “Decir otro lugar” de Eva Castañeda: “yo lo que quería hacer era un ejercicio muy parecido al que hace Eva, que era justamente tomar una serie de imágenes que pudiéramos ubicar en la vida cotidiana, previcunlarlo también como a problemáticas más grandes”. 

La segunda parte tiene guiños sobre cuestiones de aborto: “lo que quería hacer en esta segunda parte era evocar estas nuevas discusiones sobre la salud de las mujeres y nuestro propio derecho a decidir. Un poco también, cómo jugar con esta idea de la familia y un poco la idea de que es una herida que varias mujeres compartimos”.

La diferencia más grande entre ambas partes es que en la segunda existe un personaje: la niña viuda “surge de la experiencia de una de mis compañeras de taller, que de pronto yo tomo para hablar justamente de esta cuestión: de la pérdida, de los hijos que no nacieron, de los hijos que no queríamos que nacieran”. 

Anteriormente el proyecto tenía otro nombre, pero quedó finalmente como “Bitácora de mis entrañas” que hace alusión a la segunda parte donde se imagina un vientre que se parece a una casa japonesa “eso era un poco el motivo del poemario, pero luego justamente pensando en la historia del miedo y del cuerpo, pues me remito a que el miedo se siente en el cuerpo y cuando tú tienes miedo los sientes en el estómago”.

Además, se centra en que hay “pasajes que empiezan desde un embarazo hasta la misma muerte, entonces justo por eso la bitácora, y de mis entrañas, porque ahí está puesta la emoción, pero también está esa idea justo de la fecundidad, de la maternidad, de la no maternidad. Ese título yo creo que encierra muy bien lo que yo quería decir en el poemario”.

Escribir este poemario fue fácil para ella, por todo el acompañamiento que tuvo de sus compañeros, pero “emocionalmente sí significó como una inversión importante no solo por el tiempo que lo estuve trabajando sino porque, justo, hay varias heridas mías en ese poemario”. 

POEMAS 

“Mis hijos, no hijos, no nacidos”, es una serie de tres poemas que califican como sus favoritos y que se centran en el personaje de la niña viuda y “esta idea de que después de la muerte no hay tiempo ni hay espacio, pero tampoco hay nada”. 

Otro que figura como su predilecto es “Nieve”: “es sobre mi padre y termina con un verso, un par de versos, que dicen: mi padre es una herida que aún está abierta

Los poemas del principio son aquellos que le costaron más, sobre todo uno que habla de Singapur “donde la gente ya no tiene donde vivir entonces sacan a los muertos de los cementerios y construyen edificios de departamento. Yo quería utilizar esta carta de analogía y transformarla en una metáfora con esta idea de la muerte”.

FUTURO 

A Claudia le gustaría seguir escribiendo y participar en otros concursos y con otros géneros, donde destacan el cuento y el ensayo, los cuales le atraen mucho: “quiero plantearme bien lo que sigue porque obviamente ganar pues da mucha emoción y me gustaría como también a la mejor apostarle a un premio nacional, sobre todo de poesía, pero pues ya se verá”. 

INFLUENCIAS 

Una de las escritoras que más ha influido en ella es Eva Castañeda; “yo creo que su poesía cambió mucho sobre lo que yo pensaba que era la poesía o qué podía decir, ella ha sido como una figura muy importante”.

De igual forma lo han hecho Diana del Ángel y Yanira García: “una poeta que se centra mucho en el cuerpo y era algo, que a mí también me interesaba explorar” así como Alejandro Tarrab, con quien tomó un taller y admira su trabajo de ensayo. 

Así mismo destacó a Concha Michel y Concha Urquiza: “son poetas mexicanas, que se posicionaron políticamente, entonces, yo las admiro muchísimo porque justamente lo que buscaban no solo era escribir, sino que a través de su obra se conociera su postura política”. 

PREMIO 

El proyecto que metió al concurso lo trabajó durante el año de la pandemia en un taller que lideró Alejandro Tarrab por lo que introdujo muchos guiños de las lecturas que se vieron en este, pero ella no pensaba ganar: “cuando yo presenté la propuesta, pues yo me imaginé que iba a hacer nada más como la experiencia de presentarlo, y mira nada más”. 

Ya conocía el premio por los diversos amigos que tiene y que ya lo habían ganado, y que coincidiría que, en esta edición, otro de sus amigos se posicionara en cuento: Moisés Lozada, quien le dio la noticia vía telefónica. 

“¡Ganamos!”, sonó en cuanto contestó Claudia. “¿Cómo qué ganamos? ¿Qué ganamos?”. Y él me pregunta: “¿tú concursaste en el Efrén?”, ella le dijo: “sí, pues sí”.  “Es que ganamos”, fue la conversación que la dejó temblando. 

La trayectoria de Sandoval igual incluye la publicación de “5 páginas me miran”, un poemario digital de libre acceso publicado en Dubius Ediciones, y su presencia dentro de la Revista “Planisferios”.

Su mensaje final es una invitación a participar “Hay que participar, a veces no esperamos ciertas cosas, pero nuestro trabajo eventualmente da frutos y da mucho gusto poder cosechar estos frutos después de mucho trabajo y a veces pensar que no vamos a ganar o que no lo vamos a lograr solo son pensamientos que nos hacen sentir triste, nos hacen sentir mal con lo que hacemos; es cierto que no perdemos nada con intentar”.