
(EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cerró este domingo su participación en la cumbre del G7 en Carbis Bay (Reino Unido), tras haber logrado algunos compromisos de sus socios frente a China y con la mente puesta ya en el próximo cara a cara con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
“Estados Unidos vuelve a estar en la mesa”, celebró Biden en una rueda de prensa al final del encuentro presencial, en la que lamentó que su antecesor en la Casa Blanca Donald Trump (2017-2021) restara importancia a cuestiones como el cambio climático en anteriores reuniones internacionales.
Biden ha dejado claro desde el inicio de su Presidencia su apuesta por el multilateralismo y la colaboración con los aliados tradicionales de EU, en contraposición con la exaltación del patriotismo y el nacionalismo de Trump.
Y aseguró tras la reunión de los líderes de las democracias más industrializadas del mundo (EU, Canadá, el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón, más la Unión Europea) que ha podido sentir un entusiasmo genuino entre sus socios por el hecho de que el país haya regresado a sus alianzas.
El mandatario estadounidense había acudido al G7 con el objetivo de recabar apoyos entre sus aliados occidentales frente a China y Rusia y, de hecho, durante estas jornadas Biden les ha estado presionando para que adoptaran acciones contra el gigante asiático.