Batalla entre Anaya y Meade sitúa a AMLO como favorito

 

 

 

 

“El importante liderazgo inicial de AMLO puede no ser fácil de deshacer en los 100 días que restan hasta las elecciones salvo un error importante en la campaña”, aseguraba un reciente informe de Goldman Sachs, que acentúa la sensación compartida por la mayoría de analistas de que el principal problema de López Obrador es él mismo

 

México enfila 90 días definitivos para su futuro. El viernes arrancó oficialmente una campaña que se viene prolongando desde hace meses y en la que Andrés Manuel López Obrador camina victorioso en los sondeos, más por los errores de los demás que por sus propios aciertos.

En su tercer intento —y último, según ha dicho— por llegar a Los Pinos, el líder de Morena se beneficia de la guerra desatada entre sus dos rivales, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, por ver quién se afianza en la segunda plaza. Nadie duda de que la batalla final será un cara a cara.

A favor de AMLO juega también que la sensación de hartazgo y desencanto de la sociedad mexicana ante el régimen actual, plagado de corrupción y con los niveles de inseguridad más altos que se conocen, es mucho mayor que el del miedo que genera su eventual llegada al poder. Un temor aún latente, sobre todo en el sector empresarial, pero difuminado respecto a las dos anteriores contiendas.

El 1 de julio cerca de 90 millones de mexicanos elegirán no sólo nuevo presidente, también a nueve gobernadores (incluido el de la capital), 500 congresistas, 128 senadores, y más de 3.000 cargos locales. La elección más grande de la historia del país se antoja también la del cambio.

Después de 70 años de gobierno hegemónico del PRI, de dos sexenios de alternancia del PAN y del regreso al poder del tricolor, todos los candidatos apelan, de una u otra manera, más o menos creíble, a romper con lo establecido.

López Obrador, de 64 años, el candidato de más edad, encarna para muchos la ruptura más abrupta. El líder de Morena, partido en el que nadie pone en duda su liderazgo, parte como favorito en casi todas las encuestas desde hace meses.

No sólo eso: López Obrador, el aspirante más conocido, es también quien centra toda la atención. La mayoría de informaciones relacionadas con él, sean positivas o negativas, tienen más eco que las de sus rivales. Una muestra: una entrevista reciente en televisión captó muchísimo más protagonismo, en audiencia y en las redes sociales, que la que se emitía, a la misma hora, de Meade.

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