*Sobre el tema, Carlos Álvarez insistió en la necesidad de aprovechar el poder calorífico de los desechos sólidos
Hasta mil 800 millones de pesos le cuestan al gobierno mexicano los 44 tiraderos a cielo abierto en todo el estado de Hidalgo, esto según el presidente de la asociación México, Comunicación y Ambiente (MCA), Carlos Álvarez Flores, mientras que en todo el país la cantidad aumentó en un año hasta 75 mil 821 millones de pesos.
Sobre este punto, afirmó que en un foro realizado por diversas organizaciones ambientales y el sector empresarial sobre el tema de termovalorización, se habló sobre diversas formas de incentivar esta técnica de disposición final de los desechos, entre ellos la gestión de los residuos sólidos, la cual calificó como “pésima”.
Comentó que se dieron a conocer diversos aspectos como el costo de los tiraderos a cielo abierto en al país, los cuales ya se contabilizan hasta en mil 643 espacios, y que cuyo costo asciende de 70 mil 900 millones durante el 2017 a 75 mil 821 millones de pesos anuales en el 2018, y que en el caso de Hidalgo, los 44 tiraderos representan pérdidas de más de mil 868 millones de pesos al año.
Abundó que dentro de esta temática se abordaron las posibles causas de que los gobiernos locales y el federal no hayan decidido adoptar la termovalorización como una forma más eficiente de producir energía eléctrica, y comentó que muchas veces se debe a que no hay recursos suficientes para invertir en plantas termovalorizadoras, o la falta de cumplimiento de la NOM-083-SEMARNAT-2003.
Declaró que el modelo de los rellenos sanitarios y los tiraderos a cielo abierto son un modelo obsoleto para el país dadas las circunstancias, mientras que en países europeos y asiáticos han abandonado el uso del coque en los hornos cementeros para usar residuos sólidos, y con ello lograr un mayor impacto positivo en el ambiente.
En resumen, Álvarez Flores aseveró que el país está reprobado en las cuestiones de la gestión de los desechos orgánicos, y en especial por la falta de aprovechamiento de los desechos sólidos orgánicos, los cuales aseveró que cuentan con un poder calórico suficiente para producir electricidad para una comunidad.
Además, refirió que los 35 hornos cementeros de todo el país, incluido Hidalgo, tienen la capacidad suficiente para recibir hasta 12 millones de toneladas de desperdicios al año, los cuales se pueden transformar en combustible derivado de los residuos (CDR), y con ello crear una oportunidad entre los gobiernos y las empresas de la construcción.