Todavía no se cumple un año de que asumieron el puesto y pareciera que algunos de los diputados locales que comenzaron la 64 Legislatura con toda la energía, están desgastados. Y esto es obvio en aquellos que agarraron su curul como si fuera butaca de escuelita (sí, escuelita de esas donde te dan becas sin que tengas que entregar resultados), porque desde un inicio se vio que de legisladores no traían nada, es más, nos atreveríamos a decir que ni siquiera sabían cuáles eran las obligaciones de ser diputados.
El cansancio que provoca el trabajo que se debe hacer en reuniones y al que no se está acostumbrado, seguramente ya comenzó a repercutir en los diputados. No así en los que traían experiencia política, quienes saben cómo es el trabajo y el desgaste que esto provoca, y aunque pareciera en un inicio, que en este segundo grupo encajaría el presidente de la Junta de Gobierno, el diputado morenistas Ricardo Baptista González, no ha sido así.
El desgaste, cansancio y sobre todo la pesadez que muestra, reflejan que el puesto le está quedando muy grande, y para muestra basta con ver las conferencias morenistas que realiza a nombre del Congreso con las que ha buscado tener publicidad gratis en los medios de comunicación, mismas que al inicio pretendían ser un reflejo del ejercicio que hace el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador y que han fracasado porque al diputado “nadie le impone agenda”.
Tendríamos que recordar sus años mozos en los que no proyectó más que flojera y la búsqueda de reflectores, no debemos olvidar aquellas veces en las que mandó a gente a hacer chambas como organizar reuniones a las que sólo llegaba a pararse el cuello cuando venían a Hidalgo políticos de gran calibre, la flojera y pesadez no se llevan con el trabajo que requiere el Congreso local y eso para bien o para mal de la Cuarta Transformación, lo han tomado en cuenta algunos diputados de la oposición.
Regresando a las conferencias matutinas que ya parecen vespertinas, comenzaron con citas a las nueve de la mañana los días lunes, es obvio que Ricardo Baptista no podría sostener una conferencia diaria y menos a tempranas horas (las nueve ya es mucho pedir), sin embargo a pesar de citar a las nueve, no hubo conferencia que comenzara puntual; luego estas conferencias se recorrieron a las 9:30 horas para que el diputado llegara 9:45 horas, posteriormente se citó a las 10 de la mañana, y así sucesivamente hasta ayer que citó a las 11:30 para, muy a su estilo, mandar un mensaje 10 minutos antes de que la conferencia sería a las 12 horas.
Sin embargo aquí ya no extraña nada, así ha sido la política de Baptista, el diputado que mantiene todo en espera: todo con flojera y al ahí se va. El de la política cansada, la actitud negligente y el retraso en sus acciones y sus planeaciones, poco a poco se derrumba en el puesto que peleó con uñas y dientes para que después le quedara grande, sin embargo como la hiedra, lo de la trepadera no lo deja, ya que no desperdicia un momento para buscar aparecer en la foto con los grandes líderes de la izquierda a los que seguramente admira pero no envidia por el trabajo que ellos sí hacen.
Y esto es sólo un pequeño ejemplo, también hay diputados que quizá rompan récord por pedir permisos para atenciones médicas así como otros que buscaban la curul nada más para viajar, y que no se preocupan por trabajar ya que es la segunda ocasión que reciben una beca política convertida en curul, o los que sólo buscaban tener valor como persona cuando en la calle les dijeran “señor diputado” o levantaran la envidia en su vecindario, pero de estos otros ya hablaremos en otra ocasión.