Terraza

Al cumplirse un año de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, se tienen más preguntas que respuestas.

Con todo respeto los padres de los estudiantes desaparecidos son los únicos que creen o piensan que los normalistas están con vida, sin lugar a dudas es una versión que mantienen viva quienes siguen lucrando de la tragedia.

Después de un año, para efectos prácticos, los familiares de estos estudiantes desaparecidos, están convencidos del escenario que les han pintado y ni todos los expertos nacionales o internacionales que expongan sus razones técnicas podrán cambiar lo que les han sembrado “manipuladores” de la información que no permiten aceptar que fueron ejecutados por el crimen organizado y por policías municipales.

Hoy ya se ha formado un frente de organizaciones que nada tiene que ver con la desaparición de los normalistas, sino más bien buscan apoyo para desestabilizar al país lograr dinero y poder. Así vemos luchadores sociales, como Francisco Hernández Juárez, cabeza visible de los telefonistas y de la Unión Nacional de Trabajadores, y con más de 30 años de activismo, que seguramente querrá ser factor.

El propio Martin Esparza, del moribundo Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), necesita regresar a los primeros planos de la política, y no olvidar a Rubén Núñez, de la CNTE, que podría convertirse en pieza clave. Mezclar a todos ellos más los Atencos, los Pancho Villas, forman un cocktail molotov para la lucha por el poder y el dinero.

Como bien dice un columnista de la Crónica de Hoy, quienes esperaban que al cumplirse un año de la tragedia de Iguala, se pudiera por lo menos avanzar para llegar a una conclusión del caso, se equivocaron. Ganaron los que quieren mantener viva la incertidumbre, prolongando de paso, la pesadilla de los padres de los normalistas de Ayotzinapa.

La desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa por un grupo armado reavivó la discusión sobre las Escuelas Normales Rurales, bastiones de la estrategia educativa en México a principios del siglo XX, que hoy pelean por la supervivencia.

Actualmente existen 245 Escuelas Normales Públicas en los 32 Estados, 17 de las cuales son Escuelas Normales Rurales, de acuerdo con el conteo del CONEVAL. Antes llegaron a existir hasta 36 Centros de este tipo.

Lo que es inexplicable es que a pesar de que Gildardo López Astudillo “El Gil” aceptó haber dado la orden de detener, levantar, ejecutar e incinerar a los normalistas “para no dejar rastro alguno” y según fuentes de la SEIDO, López Astudillo, dio a conocer el nombre de nueve presidentes municipales que apoyan y protegen a Guerreros Unidos a cambio de recursos económicos.

Hoy la pregunta que prevalece entre otras es ¿que ligas había entre Andrés Manuel López Obrador, Lázaro Mazón, Ángel Aguirre, Beatriz Mojica, Marcelo Ebrard con los Abarca- Pineda que hasta la fecha no se han dado a conocer?¿efectivamente Beatriz Mojica, tutelada por el viajero frecuente Marcelo Ebrard, favoreció a compañías mineras canadienses para explotar minas en Guerrero, reubicando a los pobladores de esos lugares?¿Lázaro Mazón amigo de Andrés Manuel López Obrador conocía la liga de María de los Ángeles Pineda con grupos del crimen organizado?

Lo que si es que las historias perdidas del asunto de los estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 y presuntamente incinerados en el basurero de Cocula, reaparezcan durante los seis meses que permanecerán en México el grupo de investigadores independientes.

Hoy México enfrenta un entorno en lo interno de desconfianza y en lo externo de incertidumbre por los vaivenes de la economía internacional.