Atotonilco de Tula, un hecho gravísimo y preocupante

Atotonilco de Tula, un hecho gravísimo y preocupante

RETRATOS HABLADOS

Es grave, muy grave lo sucedido este lunes en Atotonilco de Tula, donde fueron asesinadas seis personas. Intentar minimizar el hecho, sería tanto como negar su existencia, caer en el juego absurdo de que en territorio hidalguense no hay delincuencia organizada. Eso no sirve de nada, como no sea aplazar la solución definitiva que, hay que adelantarlo, solo se dará cuando la ciudadanía le tenga confianza a sus corporaciones policiacas para denunciar los hechos que anteceden a tragedias como la arriba mencionada.

Porque el mismo día, pero en la colonia Ignacio Zaragoza de Tizayuca, pobladores descubrieron los cuerpos de dos hombres y una mujer, previamente torturados y luego ejecutados. Y lo mismo: podría argumentarse que no, que los delincuentes simplemente utilizaron territorio hidalguense como tiradero, pero el caso de Atotonilco contradice en automático esta versión.

Vivimos uno de los momentos más críticos en materia de seguridad, y el origen fundamental es el robo y tráfico de combustibles (huachicol), por parte del crimen organizado, que, hasta antes de la explosión de un oleoducto en Tlahuelilpan en enero del 2019, no consideraban al territorio hidalguense para ninguno de sus negocios, o bien lo veían como una plaza menor sin ningún interés en especial.

Después de esos hechos, Hidalgo cobró una importancia fundamental para los grupos delincuenciales, que vieron en el robo a gran escala de combustibles de los oleoductos que cruzan buena parte de su geografía, un nuevo nicho de negocios. 

En realidad, estamos ante una nueva deuda histórica de la federación con nuestra entidad, siempre saqueada, usada a su antojo por el centro del país sin dejarle ningún beneficio y sí, en cambio, enfermos de silicosis en la época de la explotación minera, aguas sucias, inundaciones, y ahora la violencia que genera el robo y tráfico del huachicol.

Toda la región Tula-Tepeji, fue seleccionada para que se instalara la refinería “Miguel Hidalgo”, la Termoeléctrica, y por supuesto cuanta planta productora de cemento se imagine usted. Las consecuencias han sido, de nuevo, más problemas para un Estado que nunca ha recibido nada a cambio de dar tanto.

Hablamos de la contaminación ambiental crítica en la región, a la que ahora debemos agregar a la delincuencia organizada, que ya se disputa territorio (y por ello debemos entender zonas donde pasan los oleoductos de PEMEX), de donde extraen miles y miles de litros de gasolina, que por supuesto son vendidos a gran escala en gasolineras piratas.

Repito, los hechos registrados en Atotonilco de Tula son graves, muy graves. Y cierto, se han desmantelado túneles con una profundidad de 30 metros y una longitud superior a los 25, construidos por mano experta, con grandes recursos para hacerlos. Es pues una realidad que está ahí, como también la voluntad política para enfrentarla.

¿Hay delincuencia organizada en el estado? Sin duda, y se hace bien en combatirla, pero un hecho contundente, es que solo se le podrá erradicar con la participación ciudadana a través de la denuncia, y ésta solo se da cuando hay confianza absoluta en las autoridades judiciales, en las de seguridad; cuando quien hace la denuncia, está seguro que no será el próximo difunto, porque su identidad, de pronto, es conocida por los delincuentes, que lo silencian con su habitual estilo de tortura y muerte.

La confianza ciudadana para denunciar, es la única vía real de solución, aquí y en cualquier parte del país, donde el flagelo de la violencia, es potestad de los delincuentes.

Mil gracias, hasta mañana.

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