Atentan contra la vida del “Trump brasileño”

 

 

Un hombre, Adélio Bispo de Oliveiro, se le había acercado cuchillo en mano y perforado los intestinos y una arteria. Bispo de Oliveiro, exmilitante del Partido Socialista entre 2007 y 2014, es un hombre retratado por su perfil de Facebook como defensor del presidente venezolano Nicolás Maduro y crítico frecuente de Bolsonaro.

El ultraderechista Jair Bolsonaro, el candidato a la presidencia de Brasil que más intención de voto recibe en las encuestas y a la vez el que más rechazo genera en el electorado, fue atacado en un acto de campaña en el Estado de Minas Gerais.

Según se ve en un vídeo filtrado por las redes sociales, un hombre armado con un cuchillo le apuñaló en el abdomen. Bolsonaro fue trasladado al hospital, donde según los medios brasileños se encuentra grave, pero estable, y tendrá que guardar reposo una semana como mínimo. La policía brasileña ha detenido al agresor, que ha sido identificado como Adélio Bispo de Oliveira, de 40 años, y que ha confesado los hechos.

Jair Bolsonaro tendrá que permanecer ingresado en el hospital como mínimo una semana. Según los médicos del hospital Santa Casa de Juz de Fora, el ultraderechista llegó “muy grave” a la UCI: inconsciente, con el pulso bajo y habiendo perdido mucha sangre por una hemorragia interna. Tras dos horas de cirugía, Bolsonaro está estable y en observación.

Todavía quedan dudas por resolver. El agresor fue detenido, pero se desconocen sus objetivos exactos. Se sabe que el candidato suspendió temporalmente su campaña pero no de qué forma afectará este grave incidente a los comicios.

Nunca en Brasil, un candidato, había sido agredido y menos con un arma. Todos los pesos pesados de la política brasileña se han apresurado a condenar el ataque y subrayar el daño que ha sufrido el proceso democrático.

Desde el presidente Michel Temer, hasta muchos de sus rivales en la campaña, como Lula da Silva, Ciro Gomes o Geraldo Alckmin. El Tribunal Electoral y la Orden de Abogados de Brasil también emitieron sus comunicados: “La democracia no aguanta este tipo de situaciones”.

La escena se ha visto en docenas de vídeos que acabaron en las redes: Bolsonaro va aupado a los hombros de sus seguidores sobre la multitud por la calle. Lleva una camiseta amarilla, promocionando su agrupación, el Partido Social Liberal. Saluda triunfalmente a la multitud de una acera levantando un brazo y abre la boca, sonriente. Se gira para saludar a la otra acera, hace amago de levantar la otra mano y entonces ocurre. En una fracción de segundo se encoge sobre sí mismo, con las manos en el abdomen y la sonrisa ahora convertida en gesto de dolor, y se desploma sobre sus portadores.

Related posts