Para el nuevo aeropuerto
La superficie vendida por los ejidatarios de Atenco, Acuexcomac, Francisco I. Madero, Santa Isabel Ixtapan, Nexquipayac, y Tocuila para la construcción del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México es de poco más de mil 400 hectáreas y no de mil 300 como se expuso inicialmente.
En conferencia de prensa, las autoridades ejidales dijeron estar inquietos por la realización de diversas obras de infraestructura prometidas por la empresa constructora de la obra.
“Esperamos que nos retribuyan por la aportación que hemos hecho de muestras tierras”, dijo Bulmaro Álvarez García, presidente del comisariado ejidal de Nexquipayac.
Los representantes ejidales aseguraron estar conformes con la obra ya que, sostuvieron, “traerá consigo el progreso para la población”. Sin referirse directamente y por su nombre al Frente de Defensa por la Tierra, apuntaron que sólo hay un “pequeño grupo de inconformes que rechazan el progreso”.
Andrés Ruiz, presidente municipal de Atenco, -al que pertenecen los ejidos excepto Tlacuila- apuntó que no tienen copia del estudio de impacto ambiental del proyecto aeroportuario ni está pactado un monto específico con la constructora para la realización de diversas obras de infraestructura. “No lo tenemos porque las acciones se llevarán a cabo por etapas”, justificó.