HOMO POLITICUS
Ante un PREP lento, las voces se agolpaban en las calles, la noche fue corta y el despertar acelerado, los medios declaraban la debacle del oficialismo y el repunte de la derecha, que sorprendida se precipitó para argumentar que recobrará la presidencia en 2018.
Mientras Manlio Fabio apuntaba a un triunfo del tricolor, Ricardo Anaya no salía del estupor y la sorpresa de sentirse victorioso, incluso allí donde nunca se había ganado; todo perfilaba una noche incierta que con el transcurrir de las horas perfiló una realidad contundente, la derecha ascendía sin dar crédito a lo ocurrido.
Pero, ¿Qué factores explican el ascenso de la derecha?, la respuesta es contundente, la erosión del oficialismo en las consabidas áreas de pobreza, desigualdad, empleo, seguridad y generación de oportunidades sociales, ya no pueden ser manejadas a través de cifras, sino de percepción social; esto traza no estrictamente la virtud de conducción política o los aciertos políticos de la derecha, sino los desaciertos en del oficialismo como punto nodal de la reacción ciudadana.
El escenario no puede ser más desgarrador y desolador, pero también evidencia que la ciudadanía no tiene memoria de largo plazo; recordemos las impugnaciones de diversos sectores sociales por los desaciertos del gobierno de Calderón, el ascenso de la inseguridad y la fallida guerra contra la delincuencia, el ascenso de los pobres y la desigualdad, el decrecimiento del empleo, el problema migratorio; en fin, la sarta de enredos del panismo y, sin embargo, hoy con banderas desplegadas se cierne frente al gobierno.
La prospectiva política indica que la derecha puede volver a la presidencia de la república, empero, nada está escrito y de enderezar el barco el oficialismo las cosas podrían cambiar, pero ello no se percibe poco menos que tarea perdida, por lo que esta elección se ha convertido en un gran termómetro hacia 2018.
Entre peras y manzanas el mapa político ha cambiado, pero esto no significa que la ciudadanía ha cambiado, sus reacciones son reactivas pero no ideológicas, ello lleva el sello de los votos diferenciados y de “castigo”.