Sin ferias, festivales, ni eventos, han perdido su fuente de ingresos
Horacio García es uno de los artesanos del Valle de Tulancingo, conocido por el gremio y por hermanos artistas que ha cosechado durante sus viajes a ferias, festivales, y demás eventos en los que vendía sus productos.
Sin embargo,. desde el pasado mes de diciembre, su situación cambió drásticamente cuando al llegar a su domicilio ubicado en Huapalcalco descubrió que su taller había sido saqueado, le robaron herramientas y producto que tenía almacenado para vender a futuro.
Desde entonces no se ha podido recuperar de las pérdidas, y ahora con la contingencia provocada por el coronavirus Covid-19, la situación se ha complicado no sólo para él, sino para todos los artesanos del estado de Hidalgo, quienes han visto mermada la venta de sus productos, situación ante la cual han buscado hacer frente de diversas maneras.
En Pachuca, aún es común ver a las mujeres artesanas que ofrecen muñequitos de trapo, o algunas artesanías hechas con palma como son aretes y hasta “sopladores” para avivar el fuego del anafre, de igual forma la señora que camina por las calles con sus servilletas bordadas a mano, o el señor que cansado de no vender entra a la iglesia para pedir ayuda a Dios.
Horacio García, comentó para Diario Plaza Juárez que ante la falta de material y herramientas no ha podido realizar artesanías como lo hacía antes, y con lo de la contingencia ha tenido que buscar un trabajo alterno en un estacionamiento, sin embargo tampoco es un empleo que asegure la estabilidad necesaria para sostener a una familia.
Ante la situación, artesanos como él, han comenzado a realizar trueques de insumos alimentarios por trabajos artesanales, otros más se alimentan de lo que pueden producir en sus casas así como de los animales que tienen, otros miran como sus ahorros de años comienzan a desaparecer junto con el hambre.
La situación se ha complicado más, debido a que las tiendas que se ubican en la Ciudad de México y que surten algunos materiales para realizar las artesanías están cerradas, por lo que tampoco han podido comprar para poder producir en tiempos de contingencia, incluso aseguran que hasta los “coyotes” están padeciendo ya que al hacer compras a inicio de año, también tienen producto que no pueden desplazar.
Por ello, los artesanos salen a buscar el sustento para sus familias, buscan un lugar, bajo el riesgo de que sean desalojados a lujo de violencia como ha sucedido en algunas partes de Hidalgo, otros piden permiso a locatarios para vender afuera, hay quienes están en las entradas de los pueblos bajo el riesgo de contagiarse del Covid-19 en cualquier momento.
Otros han optado por ventas a través de redes sociales, sin embargo eso genera un costo de traslado que no se puede absorber, por otra parte los que cuentan con locales en municipios como Tulancingo, Santiago Tulantepec, San Bartolo y demás, esperan pacientes a los clientes, mismos que también han disminuido en los últimos días.
Los apoyos para el sector “son difíciles y enredados, a veces parece que lo hacen para no dar”, sin embargo con despensas o sin ellas, esperan al igual que el resto de la población que la contingencia concluya pronto, ya que sin eventos, los artesanos han perdido por completo su fuente de ingresos; llegará el momento que no haya artesanía que se pueda intercambiar, o que la situación llegue a ser tan crítica que como Horacio, los artesanos tengan que decidir qué pieza de su patrimonio deberán perder para poder comer un día más.