La noche del jueves anterior, en el inmueble que fue el primer club de natación femenil de la Ciudad de México, en la Roma, se inauguró la exposición Umbrales del tiempo, donde las antiguas instalaciones del lugar y los objetos utilitarios que marcaron su historia fueron intervenidos por creadores consagrados, algunos de ellos muralistas, y jóvenes artistas y diseñadores en un ejercicio que busca cerrar el tiempo y abrir una nueva etapa del lugar.
Los muros, pasillos, escaleras, salas, baños, alberca, terrazas y esquinas del Club que funcionó hasta hace un año acogen desde este jueves y hasta diciembre obras de Miguel Ángel Peraza, Rafael Cauduro, Antonio Luquín, Eugenia Orozco, Olivia Barrionuevo, Ismael Ramos, Marco Zamudio y Narcissus Quagliata; son alrededor de 15 artistas consagrados, 30 emergentes y varios colectivos urbanos. Buena parte de las piezas fueron generadas para la muestra, iniciativa que coordinan Antonio Cordero y Angélica Montes. El lugar se llama El Ahuehuete Espacio de Arte Transitorio.
Peraza exhibe barcos de su serie más reciente. “La gente ve barcos, pero en realidad son naves que tienen que ver con de qué manera contribuir o colaborar con los viajes internos del ser humano, los viajes del alma. Y que estas piezas armadas de metal y madera puedan inspirar a otros navegantes, a otros viajeros del tiempo y del espacio, animarnos a otras latitudes”.
Expone dos obras de la serie “Nervaduras de Viaje”, una de ellas un gran barco llamado Mediterráneo: “La madera como está aquí tiene que ver con cómo el hombre fue vinculándose de una isla a la otra. No es el océano el que nos divide sino es el que nos une, viajamos todos en una misma nave que es el Planeta.” Las suyas son piezas de los últimos tres o cuatro años, Mediterráneo es una obra que le tomó dos años crear. El proyecto es llevar esta serie al Museo Marítimo de Bilbao y al Museo de las esculturas de Holanda.
El maestro Peraza explicó que en 2016 cumplió 40 años como escultor, y que expuso la retrospectiva Estructuras dinámicas en el Museo Federico Silva, en San Luis Potosí. Comentó que recientemente fue a instalar obras a Santiago de Chile para coleccionistas, que dará unas pláticas en Xalapa y que está terminando obra para sus exposiciones. “No he parado, afortunadamente todo vinculado a mi obra. El trabajo de ‘Nervaduras’ es una síntesis de lo que hago. De alguna manera esta es mi infancia, la parte lúdica, emocional, los juguetes. Construir las naves ha sido muy complejo, aunque estoy haciendo varios proyectos al mismo tiempo”.
Acerca de la exposición colectiva Umbrales del tiempo, Miguel Ángel Peraza expresó: “Es genial, es muy importante. El gremio siempre ha estado muy separado y necesitamos una unidad, un frente civil, un frente artístico que tenga una opinión directa y no sólo a través de la obra”.
Otras obras en el lugar. Antonio Cordero explicó que la exposición representa el cierre de un ciclo del antiguo club que tuvo su apogeo en los años 50. “Tenemos un proyecto mixto de inmobiliario cultural para futuro, pero la idea fue despedir el espacio. Nos encontramos objetos muy interesantes y los desmantelamos, buscamos más, convocamos a más artistas que conocíamos y empezamos a tener una excelente respuesta”, agregó.
El muralista Rafael Cauduro explicó que intervino un tablero eléctrico de una mina de Zacatecas del siglo XIX, donde trazó un dibujo de Nikola Tesla en un homenaje a sus hallazgos, muchos de los cuales fueron robados. “Todo lo que se dice que era de Alva Edison era de Tesla. En la escuela nos decían que todo era de Edison, pero era de Tesla”. En un breve diálogo sobre sus actividades recientes y qué ha hecho, Cauduro respondió: “Vivir, vivir, vivir”. Sobre la muestra comentó: “Está padrísima. El lugar me encanta”.
Antonio Cordero comentó que uno de los énfasis del proyecto futuro será ubicar en el edificio una fundación que promoverá nuevos talentos artísticos, se convocó a consagrados en comunión con jóvenes. “El experimento fue muy exitoso, los grandes maestros fueron muy generosos y los jóvenes están encantados”.
Tinacos, mesas, puertas, tanques de gas, ventanas —metálicas y de madera, algunas de más de 100 años, traídas de haciendas del interior del país—, tambos de petróleo de la época del Porfiriato, esferas metálicas gigantes, válvulas y lockers son parte de las piezas donde los artistas hacen referencias al tiempo, tema de la muestra; esto se puede ver en trabajos de jóvenes como Ivardi, quien ha dibujado muros de un antiguo cuarto y cuya propuesta es de diseño y visual.
El sitio está ubicado en la calle Tlaxcala, número 103, de la colonia Roma. El antiguo “Club Condesa”, que fue el primer club de natación femenil de la Ciudad de México (1940), es un espacio muy importante para la historia no sólo deportiva, sino del feminismo en México, y ahora se transforma en laboratorio experimental de un proyecto de arte transitorio.