- En cuanto EU cometió la infamia, comenzó una frenética carrera de armamentos; la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, sólo requirió de cuatro años para tener la suya
Washington.- El lanzamiento de la bomba atómica sobre Japón en 1945 marcó el término de la Segunda Guerra Mundial, pero significó el comienzo del capítulo más angustioso de la Guerra Fría: el pulso entre EU y la URSS por construir un inmenso arsenal nuclear. La doctrina de la disuasión del enemigo llevó a una proliferación de un tipo de armamento que, por primera vez en la historia de la Humanidad, era capaz de destruir el planeta. En 1986 se llegó al momento de mayor número de cabezas nucleares operativas, cerca de 55.000. Desde entonces, con la caída del Muro de Berlín en 1989, el número ha descendido hasta algo más de 15.000. El propósito de su eliminación completa está encontrando dificultades.
En 1949, cuatro años después de las explosiones de Hiroshima y Nagasaki, la URSS dispuso también de su bomba atómica. Aunque la proliferación fue un mano a mano entre Washington y Moscú, el resto de potencias con asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU también desarrollaron armamento nuclear: Reino Unido, 1952; Francia, 1960; China, 1964.