JORNADA ELECTORAL
Allí, en el estadio Luna Park, donde se concentró el kirchnerismo todo era muy moderado, desde las declaraciones hasta los cánticos una imagen que contrastaba con la que emanaba el macrismo
BUENOS AIRES.- El mismo frío con el que arrancó la jornada se prolongaba en la noche en el cuartel general del kirchnerista, Daniel Scioli, cuando todas las encuestas de boca de urna indicaban que no le alcanzó su triunfo de este domingo para evitar la segunda vuelta en su búsqueda por la presidencia.
Allí, en el estadio Luna Park, donde se concentró el kirchnerismo todo era muy moderado, desde las declaraciones hasta los cánticos una imagen que contrastaba con la que emanaba el macrismo, en la Costanera de Buenos Aires, donde desde temprano se celebró “el balotage”.
Y en medio del frío de la noche, cuando el desánimo ganaba cada vez a más cantidad de militantes, apareció el propio Scioli, con un discurso en el que llamó a los que “nos votaron, a los indecisos e independientes a que nos sigan”, al tiempo que cuestionó duramente a su contrincante a Mauricio Macri, como si el balotage fuera inevitable.
La jornada electoral, fue sin denuncias de ninguna índole ni inconvenientes y con una gran afluencia de público (79 % del padrón, según la Dirección Nacional Electoral) en las mesas electorales, a pesar de la baja temperatura. “Acá se chorearon (robaron) hasta el clima, fíjate estamos en primavera, tendría que hacer calor y hace un frío terrible, por eso tengo que cambiar y votar por el cambio”, explicaba Marín Del Moral, profesor de historia de 43 años en una mesa de la Escuela Valentín Gómez del barrio de San Telmo. Y “el cambio” en esta elección, es sinónimo de Macri.
La idea del balotage la reforzaban anoche los dirigentes del Frente Renovador, del candidato filo_kirchnerista, Sergio Massa. “Seremos los árbitros del balotage”, afirmaba en la tarde, el diputado, Alberto Asseff, mientras que el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, le confirmaba a la prensa que “somos la tercera fuerza del país”.
Allí en la escuela del barrio de Palermo donde votó Macri, Javier Espina, un arquitecto de 47 años, se mostró más que tolerante y democrático cuando vio al candidato de Cambiemos, declarar ante un remolino de periodistas, que “hoy es un día bisagra para la historia del país, vamos a marcar un antes y un después para cambiar al país”.
“Si no pudo cambiar la ciudad cómo va a cambiar el país. Yo apoyo a Scioli porque representa la herencia de este gobierno que sí modificó la realidad de millones de personas en estos años”, opinó Espina.
Su kirchnerismo lo mostró casi repitiendo los conceptos de la presidenta Cristina Kirchner, que horas más tarde votaba en la ciudad de Río Gallegos (provincia de Santa Cruz), donde dijo que “dejamos un país absolutamente normal, sin crisis económicas y sociales ni temores, con crecimiento”. (Agencias)