Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza

De adicto a ADICTO
                                                                                                                                                                           
Mal de muchos….consuelo de tontos

La pregunta obligada, sería, el por qué, si el por qué crecen los árboles torcidos, porque no todos son perfectos, rectos, fuertes, sólidos, porque, si todos son iguales? Así son los niños, es de suponerse, que todos son iguales, pero por desgracia no es así. Un árbol chueco, torcido, fue mal planeado, no planeado y tal vez, no deseado. Se hizo la cepa al ahí se va, se plantó sin cuidado, no se le dio mantenimiento o amor, creció solo, sin el esmero o cuidado de alguien y así pasa con infinidad de arbolitos. Niños que son concebidos por una noche de pasión, así el arbolito, se plantó por plantarse, creció chueco, sin guía, ni ejemplo, como muchos niños, hijos de borrachos irresponsables, machos típicos mexicanos, enanos mediocres que denigran un hogar, no tienen el más mínimo tributo de respeto, se la pasan insultando, denigrando, devaluando, desprestigiando a su pareja y se establece una relación neurótica, enferma, por demás tóxica. El niño percibe y recibe toda esta energía negativa, no se le inculcan valores, ni códigos de ética, se le enseña que el alcohol es una salida para  no enfrentar los problemas, aprende a pisotear a sus semejantes, a no respetar, ni valorar nada. El padre alcohólico, por culpa, trata de comprar con cosas materiales a su hijo dañado emocionalmente. La madre, insegura, neurótica, aporta demasiada negatividad en la personalidad de este pequeño e inofensivo arbolito, quien emocionalmente crece con miedos, traumas, inseguro, candidato al fracaso, tendrá una pésima escuela de cómo tratar a una mujer, de cómo vivir la vida, careciendo de amor propio, de hábitos dignos de conducta y sobre todo, habrá de carecer de respeto así mismo y si no es capaz de respetarse a él mismo, no habrá de respetar a nada, ni nadie. Estos arbolitos crecen chuecos por todos lados, nacidos para perder, torcidos, mediocres.
La ausencia de respeto, es ausencia de amor propio
En muchos eventos públicos a los que solía asistir, me percataba de algo muy común: los comensales invitados, los asistentes, son estos arbolitos torcidos, que hablan y hablan, cuentan chistes, ríen a carcajada suelta, mientras el orador está hablando. En lo personal, se me hace una tremenda falta de respeto y una muestra muy clara de la decadencia de esta sociedad que apesta. Me ha tocado, en infinidad de eventos, disfrutar de ese respeto que muestra un público que escucha con atención, pero también, he vivido amargas experiencias con tantas personas irreverentes e ingobernables, que no permiten que hables con libertad, porque te interrumpen platicando con la o las personas de alado. Se me hace una grosería y una falta de respeto para ellos mismos. Al final comprendo, que ese comportamiento, esa ausencia de educación y respeto, es el mal ejemplo que recibieron en casa.
 
Estos arbolitos torcidos, mal nacidos, los hay por todos  lados, te los topas en la fila de los cajeros automáticos o en las cajas de autoservicio, o en la fila de la salchichería. Llegan después de todos y brincan vulgarmente la fila y se acomodan enfrente; poca gente reclama: En lo personal, no me quedo callado y le aviento toda la caballería: Lo mismo, los abusones que te roban el lugar en el estacionamiento, o que no te dejan pasar, a pesar de que le marcas la direccional. En fin, árboles torcidos, mal nacidos, los hay por todos lados y a cada momento. La gente que te cobra por un servicio, lo deja mal y no es capaz de reparar el daño. Los hay en los abusones, mecánicos, técnicos, profesionistas, claro, como siempre, con sus muy honrosas excepciones.
Soy espejo y me reflejo
Sé que mi mal o buen ejemplo, será una escuela para mis hijos, si yo me la paso de chismoso, criticando negativamente a medio mundo, hablando mal de mi vecino, mentando madres cuando manejo, siendo neurótico, violento, mis hijos serán como una copia al carbón. Esos arbolitos crecerán torcidos y hoy, me siento muy orgulloso de mi familia, estoy muy agradecido con Dios porque veo que mis arbolitos están creciendo con dignidad, amor y respeto. Cada uno de ellos es especial, cada uno de mis 4 hijos, es diferente, el uno al otro, pero hay signos en común: el amor de hermanos, el gran respeto hacia nosotros, sus padres y las ganas de vivir con esfuerzo, creatividad y entrega.- Solo por hoy GAD- He aprendido de infinidad de personas, cada una de ellas, con las que convivo, es una enseñanza, hoy, por ejemplo, alguien me dijo y hablan pestes de ti. No sabes lo mal que se expresan de tu persona.- Respire con profundidad, recordé que no soy monedita de oro, que si le doy importancia a lo que dicen o piensan de mí, me estaré faltando el respeto a mí mismo. No le di importancia, he estado muy ocupado en enderezar mi tronco. Soy un arbolito lleno de defectos, torcido, pero día a día, lucho por enderezarme y predicar con el ejemplo, la verdad, que vale la pena vivir la vida con libertad, en armonía y en paz. Comprendo que primero que nada, soy neurótico, me llené de defectos de carácter, patrones de conductas tóxicos, adquirí una vida ingobernable, rebelde y en su conjunto, impiden que tenga una sana recuperación. Por ello, comprendo que un joven, un adicto empedernido como yo, le cuesta sumo esforzó dejar de consumir cuando no ha logrado desintoxicar sus conductas enfermas; por ello, recae el recaído, porque nunca se levanta, porque no cambia el cumulo de defectos de carácter y esa es la razón que hacen de esta perra enfermedad, la mía. Una enfermedad, por demás complicada- el escribir este artículo, para mí, semana a semana, me permite ser constante, me permite ser analítico, crítico consigo mismo, pero lo más grande, es decirte, si yo he podido, tú puedes. El tiempo no es recuperación, la recuperación son los hechos y si se erradican los defectos de carácter, cuando te quieres y te respetas, cuando luchas por cambiar, porque cualquiera que quiera, ahí no se queda.  614 256 85 20

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