- En los últimos días ha habido protestas en Nazaret, Jaffa, Lod, Ramle, Taibeh, Sajnin, Rahat, Kfar Qassem y otros puntos de país
Jerusalén registró cuatro ataques hasta el cierre de esta edición que dejaron al menos siete heridos, entre ellos un niño de 13 años en estado crítico, y tres palestinos abatidos por las fuerzas de seguridad. Las cifras de muertos y heridos crecen cada día en esta escalada de tensión entre israelíes y palestinos, que es la peor de los últimos años y que dirigentes de ambos lados parecen incapaces de controlar.
La inestabilidad en Gaza, Cisjordania y los barrios del este de Jerusalén se extienden a las localidades árabes del interior de Israel que se preparan para una huelga general que coincide con un nuevo «Día de la ira» convocado por las facciones palestinas al otro lado del muro. En los últimos días ha habido protestas en Nazaret, Jaffa, Lod, Ramle, Taibeh, Sajnin, Rahat, Kfar Qassem y otros puntos de país por parte de unos árabes que suponen el 20 por ciento de la población «de un país donde más que ciudadanos, nos ven y nos tratan como enemigos», declaró Mohammed Zeidan, director de la Asociación de Derechos Humanos de Nazaret a la cadena Al Yasira.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, cambió radicalmente su discurso electoral en el que llamó a los judíos a votar en masa para frenar a los árabes y pidió a los miembros de esta minoría «calma» y «repeler a los radicales» en el transcurso del discurso de apertura de apertura del periodo de sesiones de invierno del Parlamento israelí. «Queremos coexistencia entre judíos y árabes», señaló el dirigente conservador al tiempo que advirtió de que «no habrá inmunidad para quienes inciten» a la violencia.
El endurecimiento de penas por lanzar piedras y cócteles molotov, la movilización de reservistas, las muertes de manifestantes por fuego real y los cientos de detenciones no sirven para frenar los altercados diarios y detener a los lobos solitarios que un día más volvieron a golpear.