Aprovechar lo bueno, desechar lo malo… pero nunca empezar de cero

Aprovechar lo bueno, desechar lo malo… pero nunca empezar de cero

RETRATOS HABLADOS

En el primer instante que una persona asume la realidad por venir, que lo sitúa en la cúspide del poder en un Estado como el nuestro, jamás gobernado por otro partido que no fuera el Revolucionario Institucional, debe pesar la responsabilidad que está por asumirse mucho más que con cualquiera de sus antecesores, porque en esta ocasión el ganador de la elección del 5 de junio, representa de naturaleza el cambio radical en la forma de gobernar ante una obvia y continua evaluación de la que será objeto.

Porque con todo y que en estos momentos la moda es opinar con absolutos que no tienen espacio para ninguna duda, y por lo tanto decir con total desparpajo que el PRI solo representó corrupción, atraso, pobreza y todo mal que a usted se le ocurra, el hecho es que la entidad hidalguense, de ninguna manera puede situarse en el nivel cero de avance en área alguna.

Simplemente es absurdo pretender que, de nueva cuenta, como siempre ha sucedido, se empieza la nueva y única historia real de Hidalgo, en la que, durante 93 años, afirmarán los agoreros de esta idea absurda, no se hizo nada, como no sea robar y explotar la cándida voluntad de su pueblo.

Porque esta manía de gritar a los cuatro vientos, ha sido una constante en los que asumen el poder Ejecutivo de la entidad, “conmigo empieza todo, el mismo tiempo empieza a partir de mi presencia, porque yo soy el alfa y el omega”.

No es real, pero esta afirmación vende a un público dispuesto a comprar todo.

No, la historia de ninguna entidad, ningún municipio, se reinventa solo porque hay cambio de poderes. Eso es imposible y absurdo.

Lejos de lo anterior, el único camino que debiera instituirse por ley, es que fuera creado un organismo encargado de evaluar toda la obra de su antecesor y presentar un proyecto de presupuesto para dar mantenimiento a lo que fue bueno, lo que se hizo con todos los cánones del trabajo honesto, pero también dar continuidad a lo que haya sido fundamentado en un proyecto serio y claro.

Porque asumir que todo lo que fue en la otra era, la del que se sucede en el cargo fue negativo, totalmente mal hecho, lleno de corrupción, y por lo mismo es deber hundirlo en el olvido y que este olvido se traduzca en nulas acciones para que se pudra en ese cajón a la espera de que se caiga solo, es empezar siempre de cero y no llegar a ningún lado.

Viene sin duda un cambio, porque la historia de la entidad lo exige, porque la votación así lo pide, pero de ninguna manera se puede caer en la tentación de los absolutos: nada del pasado sirvió, todo fue malo, hay que empezar de cero.

Sabemos que no es así, que lo bueno debe conservarse, lo malo desecharse, pero bajo ninguna circunstancia aplicar tabla rasa y anunciar que el año 1 de una nueva era empieza con el olvido y condena de todo el pasado. 

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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