
ALFIL NEGRO
Antes de que la noche llegue
y no podamos seguir nuestros camino,
antes de que anochezca
y no brillen las estrellas,
antes de que no oigamos
el canto dulce de pájaros en la mañana,
antes de cerrar la puerta de la vida,
antes de que la luz sea sombra
y los sonidos sean cosa del pasado.
Me esfuerzo en subrayar
lo que no debo olvidar,
y siento que es la vida,
y a golpe de memoria
guardo en el alma
lo que siento mío.
Ahora que los ojos no son buenos
como lo eran antes,
y tengo problemas
para ver el bosque,
repaso en mi memoria
cual tesoro,
el rostro de mi esposa y de mis hijos,
Me los sé de memoria,
Sus ojos y su risa,
el tono de su voz
su andar y sus sonrisas francas,
se de sus penas y alegrías,
de sus sueños y sus rutas
de buenos navegantes.
Guardo en el alma
la ternura y el don de capitana
de mi señora fuerte como roble,
y su presencia de amor y sacrificio
magia para encontrar siempre el camino,
brújula eterna del sendero bueno.
Y con cincel de amor y mucho orgullo
tengo guardada ya, mina de plata,
la carita risueña de mi niña,
de acero damasquino
fuerte y noble,
para enfrentar con fuerza y con coraje
las horas de dolor y de amargura.
Cuántas noches de dudas y temores
de camas de hospital y de doctores,
y mi niña arcángel de diamante
enfrentando la noche con bravura.
Y aquí muy dentro guardado con esmero
ver cómo crece mi niño ahora hombre
siempre fiel a su fe y sus convicciones,
y me hace fácil caminar la vida
viendo que lucha y triunfa
siempre recto,
con respeto a lo cierto y verdadero.
Me gusta verlo valiente y comedido
atento al andar de sus hermanos,
vertical en su decir y hacer
de la palabra,
soñador y realista rara mezcla
y sobre todo buen hijo y buen hermano.
Y me aprendo memoria siempre fresca
el rostro de mi niño el más pequeño
noble de corazón y de sendero,
alma de plata y alas de ángel bueno,
tan pequeño y tan grande
al mismo tiempo,
alma de buen poeta
y tan cercano a la vida
y sus hermanos,
que verlo junto a ellos emociona
por lo que siembra de amor y de ternura.
Hoy escribí sobre el tema de los hijos,
porque en cuestión de horas se celebra
el Día del Padre
y da motivo,
para agradecer al Padre eterno
ver que la vida se sigue
en nuestros hijos.