OPINIÓN
Por: El Pequeño Timmy
En el partido del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Hidalgo, andan muy inquietos, tras su elección interna, han surgido perfiles que ya se sienten parte del Consejo Nacional; sin embargo, las aguas se mueven en distintas direcciones, pues se sabe que nada es definitivo y mientras las denuncias se hacen presentes en contra de este proceso, los ganadores buscan que no les tumben los resultados.
De igual forma, los diputados de corte Morenista en la 65 Legislatura de Hidalgo, también andan muy inquietos, en unas semanas concluye el año que encabezaron la Junta de Gobierno y como sucedió en administraciones anteriores, no hay resultados relevantes, aunque no será raro que en los informes aparezcan hasta las veces que llegaron puntuales a la sesión que para muchos serán muy pocas.
Esto de la inquietud, es como cuando la abuela decía que iba a llover y que por eso revoloteaban las moscas, así está Hidalgo, en plena tormenta de cambio de poder y las moscas siguen revoloteando, desde los puestos de síndicos y regidores hasta en las diputaciones locales y federales; sin embargo, para sorpresa de muchos, los que ostentan algún cargo público no siempre salieron favorecidos con el voto de la ciudadanía, lo que sin duda refleja que no hay buen trabajo en la difusión de sus acciones o bien, no hay dichas acciones a favor del pueblo.
Los morenistas fundadores y los intrusos (los oportunistas) que se sumaron en cuanto vieron que Morena iba en crecimiento, andan muy inquietos: los primeros no saben cómo sacar a los oportunistas y los segundos avanzan en hacerse del partido del presidente de la república aquí en Hidalgo.
La inquietud no es gratis en estos momentos, es natural que los perfiles morenistas busquen el reflector y hacerse presentes ante la mirada del gobernador electo, Julio Menchaca Salzar. Los hemos visto organizar porras, acarrear gente para que el perfil, que decidirá el destino de Hidalgo en los próximos seis años, pueda verlos. Inquietos, barberos, lambiscones, cínicos, traidores de los partidos políticos a los que pertenecieron, funcionarios mediocres, diputados de lengua larga y pocas acciones, perfiles nefastos que con su inquietud sólo reflejan el interés por seguir viviendo del erario público por encima de servir al pueblo.
Así se percibe el panorama de los Morenistas y muchos otros que en teoría no lo son en Hidalgo, y a uno como espectador sólo nos queda ver la forma en que buscarán ocupar un cargo, mantenerse en otro, ser consejeros o ser algo en la entidad, algún puesto desde el que se pueda negociar más. Lo invito a usted a ver estos juegos del hambre versión Morena Hidalgo, pero no lo tomen a juego o como entretenimiento nomás, mientras estas turbulencias de gente inquieta se dan dentro de un partido político, las consecuencias podrían afectar gravemente al estado de Hidalgo, en su economía, en su política y en cada uno de los sectores que lo conforman.