Analizan destino de obras de Miguel Peraza en el TEC

El sismo de septiembre dejó ahí a varios alumnos heridos y provocó la muerte de cinco; la intensidad de los movimientos telúricos dañó estructuralmente 70% de los edificios. Las seis esculturas monumentales distribuidas en diversas áreas, y el Ajedrez Cervantino no resultaron dañadas

Más de la mitad del conjunto arquitectónico del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México está a punto de ser demolido por los daños que sufrió con el sismo del 19 de septiembre, pero los alumnos y ex alumnos de esa casa de estudios conservarán siempre un emblema en su memoria: El tablero de ajedrez en tamaño real con el que solían jugar en los jardines de ese espacio que quedó totalmente alterado hace seis meses.
Ese Ajedrez Cervantino, obra del escultor Miguel Peraza, ha sido durante 25 años un emblema para esa institución y su comunidad, pues dio pie a la nomenclatura de ese conjunto arquitectónico y fue el detonante para que este artista mexicano reprodujera después las piezas del ajedrez en gran tamaño. Ese conjunto escultórico que desarrolló, durante 16 años pobló los jardines, patios y espacios de ese campus educativo que está por entrar a un proceso de cirugía mayor.
El sismo de septiembre dejó ahí a varios alumnos heridos y provocó la muerte de cinco; la intensidad de los movimientos telúricos dañó estructuralmente 70% de los edificios. Las seis esculturas monumentales distribuidas en diversas áreas, y el Ajedrez Cervantino no resultaron dañados. Esta última pieza fue reubicada recientemente en el área donde el Tec montó sus aulas provisionales, pero el resto de las obras monumentales siguen en el edificio que será demolido, situación que preocupa a Miguel Peraza por el destino que podrían tener. “A ninguna de las esculturas les pasó absolutamente nada, por el momento, pero sí habrá que afectarlas en sus anclas, habría que hacer una reubicación física en cuanto estén terminadas las nuevas instalaciones”, dice a EL UNIVERSAL el escultor con 40 años de trayectoria.
El artista describe este conjunto escultórico como una obra fundamental en su trayectoria artística, por lo que confía en que el Tecnológico de Monterrey tenga la sensibilidad de cuidarlo, conservarlo como su patrimonio artístico y, sobre todo, integrarlo adecuadamente en el nuevo conjunto arquitectónico sin que se altere la idea original con la que fue concebido. “Creo que hay un enorme esfuerzo del Sistema Tecnológico de rescatar tanto la parte de la estructura de ingeniería del edificio, como una preocupación porque este patrimonio cultural no se pierda, que permanezca y se hagan las adecuaciones correspondientes. Creo que desde las autoridades más importantes hasta los que trabajaban día a día están preocupados por la reconstrucción y en fortalecerse pronto como lo que siempre han sido, una institución de orden internacional”, dice.
Peraza, quien ha colaborado con el Sistema Tecnológico de Monterrey por más de 26 años y ha creado escultura monumental para los diversos campus, comenta que ha tenido acercamientos con la institución para tratar el tema de las esculturas y que después del sismo atendió el Ajedrez Cervantino para que se pudiera trasladar al área provisional donde los alumnos reciben clases. Espera que se mantenga ese mismo diálogo para el rescate y resguardo del resto de las esculturas que siguen en la zona dañada. “Son problemas solucionables, es cosa de que entendamos con precisión qué es lo que tenemos que hacer ambas partes”, sostiene.
Un aspecto que debe respetarse, dice, es la disposición original del conjunto escultórico, ya que cada pieza monumental —seis en total—, fue creada y pensada para integrarse en ese espacio arquitectónico que está por desaparecer.
Miguel Peraza recuerda que ese proyecto artístico tuvo varias etapas. La primera fue la concepción del Ajedrez Cervantino, un tablero de ocho por ocho metros con piezas gigantes provistas de pequeñas ruedas para que los alumnos del campus “tuvieran un juego ciencia-inteligencia y se pudieran desarrollar otras actividades en torno al ajedrez, partidas entre alumnos y maestros, pero sobre todo que el campus tuviera un elemento de identidad comunitaria a partir de este juego de ciencia, matemática y estrategia”. La obra fue develada en 1993 y se convirtió en el símbolo de la escuela, pues se le llegó a conocer como Campus del Ajedrez.
Las siguientes etapas consistieron en reproducir figuras del ajedrez en gran tamaño e instalarlas en diversas áreas del campus, pues cada uno de los edificios que se crearon tomaron nombres de las piezas de este juego estratégico. Por ejemplo, la biblioteca, “como centro del universo del conocimiento y su expansión”, se convirtió en el Edificio Rey.
Las esculturas monumentales en bronce que Peraza creó a partir del ajedrez fueron: Peón de Rey que elaboró en 1991; el Rey de unos siete metros de altura y más de una tonelada de peso, en 1993; Torre de la Excelencia en 1996; Reina en 1998; Alfil, creado en 2001; y el Caballo de 2002.
Con los años, ese conjunto de obras ha pasado a formar parte del patrimonio artístico de ese campus. El tablero de ajedrez se convirtió en la identidad de la escuela, incluso en un escenario de referencia para torneos, ceremonias y fotografías oficiales, recuerda el artista. Sobre su Torre de la Excelencia se graban las firmas de los mejores estudiantes; y su colaboración con la institución también ha incluido la elaboración de distintivos o trofeos inspirados en el ajedrez que entregan en ceremonias o eventos especiales. “Son muchos años de trabajo”, enfatiza el artista, quien confía en que sus esculturas en el campus Ciudad de México sean protegidas y reubicadas de la mejor manera.
Piden protegerlas
Al ser un conjunto escultórico característico de la obra de este artista y una obra que ya es parte de la identidad de la comunidad del Tec, merece el mejor cuidado para su resguardo y traslado, opinan el artista visual y escritor Josu Iturbe y el cineasta Gabriel Retes, cercanos colaboradores de Peraza.
“Estas esculturas de Miguel Peraza están muy vinculadas simbólicamente a ese campus. Creo que es importante rescatarlas como obra de arte y porque son parte de la simbología del Tecnológico; si se va a reconstruir, incluso se le puede dar más visibilidad. Me parece que la política que ha seguido el Tec de adquirir obra es una gran idea que corresponde a una universidad de ese nivel, ahora tiene que mantener ese nivel”, opina Iturbe. El artista visual considera que el nuevo campus debe contemplar la integración de las piezas: “Es una obra que fue desarrollándose conforme fue creciendo el campus, hay toda una estética y elementos de la nomenclatura relacionados con el ajedrez. Si van a hacer un nuevo desarrollo, deberían contemplar esa parte también, sería un desperdicio no hacerlo”.
Gabriel Retes, cineasta y amigo del artista, opina que la institución debe tomar en cuenta al escultor para determinar el traslado de las piezas y sobre todo su reintegración al nuevo proyecto. “Reintegrarlas al campus sería lo más lógico”, dice. “Sería una falta de sensibilidad no darse cuenta de la importancia que tiene una escultura o ese conjunto escultórico en ese campus universitario”.
Institución asegura la protección de las piezas
El Centro Cultural y Deportivo “Territorio Borrego” aloja ahora las aulas provisionales del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México.
Ahí, en medio de ese conjunto de salones temporales que los alumnos de esa institución han bautizado como “Disney” está también el Ajedrez Cervantino, esa pieza que es ya un emblema para la comunidad Tec.
Sobre un tablero provisional están las piezas movibles, dispuestas para que los alumnos del Tec sigan utilizándolo. Pero las otras esculturas del artista continúan en el campus, un área ahora protegida e inaccesible por los daños que sufrió en septiembre.
Consultados por este diario, el Tecnológico de Monterrey informó a través de su oficina de Relaciones Públicas y Comunicación que protegerán las obras del artista Miguel Peraza.
“Esas obras se están protegiendo adecuadamente para que no sufran ningún daño en el proceso de demolición de los edificios del campus”, comentó.
A finales de febrero, la comunidad de esa institución realizó una ceremonia de despedida a ese espacio que pronto será demolido y reedificado. En ese emotivo evento, los alumnos depositaron una cápsula de tiempo que será abierta hasta 2022.

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