EL APOYO FAMILIAR, EL MEJOR PAGO
Con 17 años de experiencia, Yannet Hernández explica los retos a los que se enfrentan las escaramuzas, desde su preparación hasta las ejecuciones de las suertes
La charrería es el deporte nacional por excelencia que ya lleva mucho tiempo desde su conformación en la época colonial, y en donde han trascendido diferentes personalidades que han puesto en alto al país. En efecto, esta actividad se ha llevado más allá de las fronteras, practicándose en países como Estados Unidos y Canadá, de donde se han recibido muchos contendientes en el pasado Congreso y Campeonato Nacional Charro de Pachuca
Pero también se ha registrado un número creciente de mujeres que practican este deporte, desde la primera mujer en 1925 hasta la fecha, nuevas generaciones se han agolpado y han mostrado capacidades a la par de los varones en el arte de montar caballos y realizar suertes para cautivar a los presentes. Y las voces de las protagonistas refieren que practicar la charrería siendo mujer es todo un ritual.
El gusto viene de familia
Yannet Hernández Sánchez es un joven talento de la charrería, apenas a sus 29 años de edad y 17 como escaramuza. Durante siete años se ha encargado de la organización del Torneo de Campeonas, junto con otras charras como Yuri Piña Pérez y Talia Jimenez, en la que reúnen cerca de 350 mujeres dedicadas a la charrería, y en el que el propósito es el de demostrar la capacidad de ellas montando un caballo.
“Yo empecé a montar desde los cinco años”, comienza a relatar. “Mi familia es charra, es así como me entró el gusto por este deporte. Y cada vez que veía a las escaramuzas hacer sus suertes me decía a mí misma que algún día iba a estar en su lugar”.
Recuerda que su primera experiencia arriba de un caballo resultó peculiar: “Me acuerdo que la primera vez fue muy chistosa porque esa vez me montaron a fuerza, si me gustaba, pero me daba miedo porque estaba muy pequeña; recuerdo que en cuanto me montan, el caballo comienza a trotar, y yo no tenía fuerza en las piernas, y me fui de lado. Mi papá trataba de calmar”.
Asiente que, a pesar de tener un mal inicio, se le fue quitando el miedo a los caballos: “Fue la única ocasión en la que tuve mucho miedo, y de ahí creo que jamás lo volví a tener, y siempre me subía muy emocionada al caballo y con muchísimas ganas de aprender. Y nunca dejo de aprender, es un trabajo en equipo”.
Refiere que su experiencia dentro del mundo de la charrería comenzó cuando fue nombrada Reina de los Charros en el equipo familiar, que es el Rancho La Guadalupana: “Fue a los 12 años que empecé ya como escaramuza en las competencias, y fue muy emocionante, porque en ese entonces sentía que lo sabía todo, pero en realidad tenía mucho que aprender, porque estar en un equipo implica mucha disciplina, coordinación y respeto”.
Yannet platica que la primera competencia oficial a la que asistió fue en el año 2010, en el que compitió ejecutando la cala, esto es, la exhibición de la buena rienda y la educación del caballo al rayar o meter las patas para frenar bruscamente al equino en un rectángulo en medio del ruedo para hacer que el caballo camine hacia atrás.
“Yo compito por primera vez en el rancho de la familia Segovia, que es donde nos presentamos en la escaramuza Bella Airosa, y posteriormente en Nopala en el torneo estatal, y para mí fue muy emocionante porque yo hacía la cala, y además era la primera; y para mí es un orgullo porque me ha abierto las puertas de muchos lugares”.
La charrería es casi un ritual
Describió su experiencia dentro de la charrería como “bella y a la vez estresante y con mucha adrenalina porque desde que te levantas, el que tienes que acomodar tu vestimenta, es casi todo un ritual. Tan solo el vestirte, desde la crinolina, la calzonera, las botas, el peinado, el moño, el rebozo, ponerte el vestido, hacerle la flor al rebozo también implica un poco de trabajo’’.
Y añade: “El llegar con tu caballo, ensillarlo, limpiarlo, luego hacer las prácticas y entrar en las competencias, todo eso lo disfruto mucho, es mucha adrenalina la que tienes, pero lo más importante que descubrí de este deporte es la unión de la familia, ya que mis hermanos son charros, y es lo que te une mucho con ellos. Los fines de semana, cuando saben que vas a competir están en las gradas, y creo que es el mejor pago al esfuerzo que puedo tener”.
El Torneo de Campeonas
Desde hace siete años, organiza, junto a otras dos escaramuzas, el Torneo de Campeonas que reúne a muchas exponentes de todo el país, sin embargo, comenta que fue un inicio complicado, en especial, por conseguir los patrocinios y la difusión.
“Fue un reto súper fuerte, porque empezamos a tocar puertas, hablarle a los equipos para que llegaran a competir, insistir en el proyecto, juntar la cantidad para entregar los premios, porque a final de cuentas todos los equipos buscan tener un lugar importante en todos los torneos”.
Relata que al final, el esfuerzo rinde sus frutos: “El trabajo fue muy arduo, pero lo logramos, tuvimos el número de competidoras que queríamos, y al día de hoy ya los equipos nos buscan a nosotras cuando antes pasaba lo contrario, y cada vez teníamos más novedades para ellas. El día de hoy el torneo habla por sí solo”.
En este año, comenta que se esperan recibir hasta 350 competidoras de diferentes partes del país, sumando un total de 40 equipos, además que por primera vez se incluirá una categoría infantil para que las nuevas generaciones de escaramuzas tengan un medio para adquirir más experiencia, y sobre todo, iniciarse dentro de este deporte nacional.
Disciplina y constancia, las armas
Yannet describe que para poder montar un caballo se requieren de muchas cosas, entre ellas está el respeto hacia ellos, conocer el temperamento de ellos, no tenerles miedo, fortaleza para dominarlos, e inclusive inteligencia para poder montarlos.
“El trabajo con los caballos puede variar mucho de repente por lo mismo de su temperamento, por eso se requiere mucho de la concentración, la fortaleza, y sobre todo, mucha disciplina y constancia para poder montarlos”.
Agrega que, aunado a su labor como escaramuza, también ha desempeñado un papel importante en los medios de comunicación, en la promoción de la actividad charra femenil: “Ahora estoy como conductora de un programa importante a nivel nacional que es ‘Desde la Mirandilla’, antes estuve en Radio y Televisión de Hidalgo hablando sobre este deporte, y eso para mí es un gran orgullo el exponer y organizar eventos tan importantes”.