AMLO, UNA VEJEZ MAL LLEVADA…


¡Quién sabe si a su edad pueda presidir un país tan difícil como el nuestro!

El buen Andrés Manuel, amigo del populacho, del “México jodido”, como él, va camino a la Presidencia de la República, ni modo, así son las normas del juego político: que gane el que más votos obtenga, aunque no estaría mal que a la mera hora el pueblo indeciso opte por otro, o como AMLO ve sospecha, le roben otra vez la Presidencia y suelte al tigre para llevar a México al “despeñadero” y quién sabe hasta dónde pueda llegar… todo esto parece una broma, desgraciadamente el señor de Macuspana esta vez está más que decidido, mediante el direccionamiento del odio y contraviniendo las más elementales normas de civilidad a vigilar y ordenar vigilar las urnas para no ser “chamaqueado” por la “mafia en el poder”.
Manuel habla de becas para los jóvenes de México, de darle más dinero al CONACYT cuando el pobre apenas sabe hablar, claro, todo lo que se le pregunta sobre el financiamiento de todas las bobadas que dice responde: combatiendo a la corrupción, bajándole el sueldo a los altos funcionarios, en pocas palabras  (según piensa) con “un plan de austeridá”… bueno, hasta se dio el lujo de nombrar, en pleno debate, a no sé quién que según él, encabezará este organismo. Este politiquillo de pelo cano total, asegura que el plan para los viejitos como él no funciona, pero que salió de su lustrada cabeza, ese de “adultos mayores”…  ¡Quién sabe si a su edad pueda presidir un país tan difícil como el nuestro! su debilitado estado físico que demostró a lo largo de su campaña fue notorio, aunque traiga de Florida, como le dijo Meade, a su médico no sé cuántas veces al mes, “para su chequeo”, ya que dicen, padece del corazón, de diabetes e incluso le achacan cáncer… bueno, bueno, dice que nada de lujos, y ¿entonces por qué dejó el Datsun y agarró la Suburban? Dice que no tiene dinero, que vive al día y que la camioneta es de MORENA; me gustaría verlo, siendo ya Presidente, sin guaruras, caminando libre por las calles de la melancólica Ciudad de México; vestido no de traje y corbata, con su guayabera como le gusta, como es lógico siendo tabasqueño, para que haga historia con su retrato que post mortem será colgado en la sala de expresidentes en el Palacio Nacional. Yo pregunto: ¿qué hacen todos los jóvenes “mayores” que han estudiado más allá de sus propios estudios (de AMLO) y que no aspiran a la presidencia y que tienen un salario raquítico trabajando en la Administración Pública? ¿En verdad piensa en la fuga de cerebros cuando él mismo no pudo terminar la Licenciatura a tiempo? Quien lo dude que vaya a la UNAM y pregunte: el Señor López Obrador hace más o menos dos años terminó la Licenciatura en Ciencias Políticas. La cosa no es esa, qué nos importa su poca preparación académica, lo malo es que el odio lo impulsa a no morir hasta lograr ser nuevamente el Presidente legítimo de todos los mexicanos; con una vejez llena de todas las cosas malas que un ser humano puede hacer y adquirir a través de los años: envidia, rencor, venganza, y sobre todo odio, mucho odio al distinto.  Se cree muy mexicano, pues habrá que hacerle un examen genético para saber de dónde sale tanta mala sabia, ignorancia que querrá seguir transmitiendo al México Jodido por lo menos unos seis años; condenarlo a escuchar tonterías, de juego fácil, de cosas sin sentido, básicas y estúpidas, como la última de ayer después de encontrarse a Castañeda en un vuelo comercial: “Oaxaca tiene mucha cultura”… mejor dejémoslo ahí.

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