Amargo desencuentro comercial entre los Estados Unidos y China

Este miércoles, las negociaciones de alto nivel entre China y los Estados Unidos sobre el acuerdo comercial fracasaron

Las cosas no parecen fluir entre los Estados Unidos y China, pese a las expectativas que se abrieron con el encuentro en abril pasado entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el presidente chino, Xi Jinping. Las relaciones de los Estados Unidos con China van mucho más allá del tema de Corea del Norte, pues hoy China es el principal acreedor de los Estados Unidos y tenedor de bonos del tesoro; pero más aún, es su segundo socio comercial después de Canadá.

Pese a ello, todo parece que en lugar de mejorar las relaciones chino-estadounidense éstas parecen deteriorarse cada vez más. Hace apenas unos meses se hablaba de una acuerdo comercial entre China y los Estados unidos, pero irónicamente el presidente Trump recientemente hablaba de imponer cuotas a las importaciones de acero de este país asiático, exigiendo una mayor participación de China para contener el ímpetu de Corea del Norte y poner fin a sus ensayos nucleares.

Este miércoles, las negociaciones de alto nivel entre China y los Estados Unidos sobre el acuerdo comercial fracasaron y Beijing amenazó con represalias a Washington si impone cuotas o aranceles a las importaciones de acero. De este modo, el desencuentro entre las dos potencias ha sido mayor, las dos partes ni siquiera se molestaron en redactar una declaración conjunta al final de la reunión bilateral y cancelaron sus ruedas de prensa, sin hacer ninguna declaración.

De manera absurda el presidente Donald Trump se ha echado de enemigo a Xi Jinping, después de haber puesto en abril pasado la alfombra roja en Miami y con ello buscar los mecanismo para reducir el déficit comercial entre los dos países, el cual ha llegado a poco más de 309 mil millones de dólares, a pesar de que China había autorizado la venta de carne de Estados Unidos en territorio nacional.

Xi Jinping había declarado que su país estaba dispuesto a abrir sus brazos a las empresas de servicios financieros como Visa, MasterCard, American Express, entre otras; a la vez, señaló que era una cuestión de tiempo para reducir los subsidios a las empresas y los derechos de aduana sobre la importación de automóviles; igualmente, había propuesto reducir la participación de capital chino en cada empresa extranjera que invierte en China.

El presidente Donald Trump se ha echado de enemigo a dos rivales que podrían destruirlo. Sí al iniciar su mandato el presidente Trump cabía la posibilidad de que los Estados Unidos mejoraran sus relaciones con Rusia y China, ahora todo parece indicar que Europa, Rusia y China podrían estar más cerca de formar un bloque en contra del proteccionismo comercial estadounidense.

La imposición de aranceles a la importación de acero por parte de los Estados Unidos, bien podría ser el inicio del levantamiento de las nuevas barreras arancelarias al comercio no sólo con China, sino con Europa, Canadá, Corea del Sur, Brasil o México, pues todos esos países exportan acero.

El fracaso de las conversaciones comerciales entre China y los Estados Unidos, podría augurar un triste desenlace en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en agosto próximo. Si los Estados Unidos son capaces de darle la espalda a una potencia económica y militar ¿qué no podrán hacer con México?.

El desencuentro entre los dos gobiernos contrasta con el primer Foro de Líderes Empresariales chinos y estadounidenses, efectuado el martes pasado en Washington, donde los empresarios de ambos países desafiaron a sus gobiernos  haciendo un llamado para fortalecer la cooperación y el diálogo entre ambas naciones, flexibilizar la regulación de los mercados, trabajar en la protección de los derechos de propiedad intelectual y acceso a los mercados.

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