Vendedores esperan vender toda su producción de flor de temporada del Día de Muertos.
Las semillas que fueron plantadas entre junio y agosto han comenzado a florecer, y en la comunidad de Doxey, municipio de Tlaxcoapan, los campos se han comenzado a pintar de naranja, amarillo y guinda, entre otros colores que tienen las flores que se ocupan para las festividades en el marco del Día de Muertos.
Con los cultivos listos, los más de 40 productores de Doxey, quienes han sembrado más de 22 hectáreas de flores esperan lograr acomodar su mercancía en el mercado, a fin de obtener las ganancias que requieren para continuar su labor en el campo y llevar el sustento a casa, por lo que al par también se contará con la tercera edición del “Festival de la Flor” en el que artistas de la región cuentan con un espacio para mostrar su talento, todo a un lado de los cultivos de los que se desprende el aroma del cempasúchil.
De acuerdo con los organizadores, la venta de flor ya comenzó a pie de melga, por lo que los interesados ya pueden ir a comprar flores para sus ofrendas, que en precios oscilarán entre 50 y 70 pesos la brazada (suficientes para una ofrenda tamaño promedio), sin embargo será el próximo fin de semana 27 y 28 de octubre cuando se realice el festival en el que además de alimentos, y flores se cuenta con números musicales, danza, y otras expresiones artísticas y culturales que nutren el programa 2018.
Los cultivos de flores se encuentran a orillas de la Carretera Doxey- Teocalco, a la altura del Canal Requena, e incluso desde la autopista del Arco Norte pueden apreciarse las inmensas alfombras de flores en las que se han convertido los campos en esta temporada, en entrevista, los cultivadores comentan que los trabajos que hacen son muy laboriosos y cansados, algunas variedades de flor se cultivan hincados, y desafortunadamente no es bien retribuida cuando las flores se quedan en el campo, por lo que han hecho la invitación para que la gente vaya y compre las flores al mejor precio del mercado y cortadas al instante.
De igual forma los campesinos permanecen atentos a la situación climática en la recta final de la cosecha, ya que durante la semana se deberá vender la mayor parte de las flores y una posible helada o un cambio muy drástico de clima podría echar a perder los cultivos antes de que llegue el Día de Muertos.