Alimentando temores

Conciencia Ciudadana
Los actuales gobernantes dan la impresión de querer cumplir los deseos del próximo presidente tergiversando su sentido al comenzar a barrer de abajo para arriba y no de arriba para abajo, como insistió aquel que solucionaría la corrupción del sector público

Como era de esperarse, pues al fin de cuentas esa es una característica de la democracia, han comenzado a proliferar las muestras de resistencia y desorientación hacia las políticas que AMLO se propone poner en práctica una vez que quede investido como presidente de la República. Algunas de ellas son producidas por la explicable desazón, que provoca entre la población los posibles cambios en la reestructuración de la administración pública federal, anunciada por el candidato victorioso destinadas a reducir los enormes gastos de los mandos superiores de las secretarías de estado, así como de los poderes legislativo y judicial, así como de organismos y comisiones especiales, que en las últimas décadas han generado una élite tan rapaz como la de ciertos empresarios ligados al poder público.
Sin lugar a dudas  el propósito de Andrés Manuel por cortar de tajo este vicio fue una de las promesas de campaña que más simpatías, despertaron entre los votantes que decidieron llevarlo a la primera magistratura.
Pero como suele suceder en estos casos, las élites hasta ahora beneficiadas han comenzado ha trasmitir a sus subordinados la orden de ajustar la creación de nuevas plazas, reducir los salarios y prestaciones así, como los fondos de ahorro y seguros médicos. Evidentemente, estos rumores o advertencias no son aún oficiales, tal vez, porque no responden exactamente a la propuesta de campaña del propio López Obrador, quien ha sido enfático al señalar que los recortes de sueldos y prestaciones serían aplicados a secretarios, subsecretarios y directores generales del poder ejecutivo, así como a ministros de la Suprema Corte de Justicia, senadores y diputados, y no a quienes en puestos operativos cobren sueldos y prestaciones decorosas acordes con las responsabilidades a su cargo, en condiciones semejantes a las de  otros empleados de clase media que luchan a brazo partido por mantener a sus familias al margen de las carencias que los acercan cada día más a la pobreza generalizada entre la clase trabajadora.
A diferencia de la fórmula de AMLO, los actuales gobernantes dan la impresión de querer cumplir los deseos del próximo presidente tergiversando su sentido al comenzar a barrer de abajo para arriba y no de arriba para abajo, como insistió aquel que solucionaría la corrupción del sector público.
Con el mismo propósito, las redes sociales se llenan de memes donde se difunden ideas tan pedestres como las que avisan que “los huevones” ya podrán a pasar a cobrar el dinero que les va a dar López Obrador, mensajes que sólo tiene el propósito de crear desde ahora un ambiente de encono entre las clases medias del país que hoy como nunca se atrevieron a dar su voto razonado a quien durante años le hicieron creer su peor enemigo AMLO habrá de andar con cuidado este tramo con quienes hoy le sonríen y abrazan frente a las cámaras mientras preparan ya los golpes que intentan contraponerlo con los votantes que lo llevaron a la victoria y puedan sentirse traicionados. Cuidado.
Y para no bajar la guardia hemos de insistir que “vivos se los llevaron y vivos los queremos ya con nosotros”.

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