
POR: EL PEQUEÑO TIMMY
Parafraseando la historia de las Mil y una noches, me atrevo a contar que en cierto lugar cuyo nombre empieza con “H” de Hidalgo, hubo desde siempre una estirpe de políticos mentirosos, rancios, ladrones, lambiscones, oportunistas, trepadores, traicioneros, vende patrias, ignorantes pero oportunistas, y si seguimos con la lista de adjetivos descalificativos, no más no terminamos porque se hace un chaleco para uno y varios se pelean por él.
Ahí existió una caverna llamada Morena en dónde cierto personaje logró depositar un capital político invaluable con tal de recibir el apoyo de esa estirpe maldita, para alcanzar la punta de la pirámide en dónde dicen que existía una silla presidencial, ese poder depositado atrajo a muchos de esa estirpe oportunista que pronto se consolidaron en un grupo de más de 40.
Cuenta la leyenda que alguien dijo: “¡Ábrete, sésamo!” con la esperanza de que se construyeran las bases de un partido político que sostuviera la cueva, pero las bases quedaron sepultadas y pronto rebasadas por la ambición desmedida de los más de 40 ladrones oportunistas que entraron, se afiliaron y han buscado hacerse de la riqueza o al menos de un poco de la riqueza que genera el capital político de la cueva casi oscura, llamada Morena.
Así fue la percepción del pueblo de Hidalgo, al ver reunidos en un mismo lugar a los personajes que se han convertido en verdaderas fichitas para la entidad: mafiosos de cierto grupo que empieza con U de Universidad, o aquellos perfiles rancios que tienen apellidos que empiezan con B de Batista; las ignorantes y que han logrado escalar por su forma de trepar cuyos nombres no empiezan con S de Simey; y como olvidar a los hermanos de alta traición que son capaces de pasar uno sobre otro, calma, no vaya a decir usted que sus apellidos empiezan con C de Charrez Pedraza.
No podía faltar aquél que ya anda preguntándose por milésima vez: “¿qué es la felicidad, si no es buscar un hueso sin parar?”. ¡Ey! Dejen al presidente de la Junta de gobierno de la 65 Legislatura en paz, de Francisco Xavier no van a andar hablando.
En verdad que en esta reunión convocada por el Comité Estatal de Morena, uno se sentía como huésped de taberna sucia en dónde un pequeño movimiento en falso podría desatar la trifulca, los golpes, escupitajos, los sillazos y los botellazos, que muchos hubieran querido “para medir fuerza”.
¿Pero qué se hace una vez que se abre la cueva? esa cueva que contiene a la momia de un perfil que es el Patiño de la política, rebasado por todos y pisoteado por su compañero de partido, ese del grupo Universidad ¿Qué se puede esperar de estos más de 40 ladrones que sólo esperarán que la cueva comience a derrumbarse para ver que se llevan de ella; en tanto, como cancerberos tratan de conservarla porque muchos de estos ya tienen experiencia debido a que como ratas se han ido de barcos (otros partidos políticos) cuando han comenzado a hundirse.
No se crea que no hay apellidos con M de Monter, o el señor que siempre que va a Tulancingo pasa por su torta en la Preferida, ese que no es sésamo pero sí Centeno aunque con Z; o la regidora cuyo apellido empieza con M de Miranda que ni oposición ni nada de lo que prometió en Mineral ha cumplido, será que ¿sí se vendió?.
En verdad que en la reunión de los 53 muy, pero muy pocos, se salvan; ahora si que, “entre ciegos el tuerto es rey” y entre estos saldrá el candidato o la candidata hacia la gubernatura, ¿Habrá un Alí Babá que logre conservar e incluso incrementar el capital político que se comienza almacenar en la cueva llamada Morena? O ¿será el comienzo del declive de un partido que pudo lograr la alternancia en un estado que hoy unos consideran el “bastión” del priismo en México?
Para elegir candidato bastaría con echar un hueso dentro del salón y elegir entre aquellos que salgan vivos: porque las bestias oportunistas, por todo se pelean. Los buenos perfiles siguen en silencio, acechando y esperando la oportunidad que los puede coronar como candidato o candidata de Morena a la gubernatura, esos buenos perfiles dejan que se maten los otros y llegan al final para vencer a los ingenuos, a los que creyeron que podrían tener una oportunidad o al menos un cargo en el nuevo gobierno.
Lo que sí tendrá mucho que pensar el perfil que llegue a la competencia, es en los compromisos que hará con los ladrones, porque todos están ahí para ver con qué los salpican, no vaya siendo que por tener unidad, el candidato o candidata, se eche una o 40 roñas traicioneras que se la pasen seis años “cobrando el favorcito”.