EL SOLDADO QUE LLORA, RONALDO Y EL NIÑO
QUE SOÑABA CON EL REAL MADRID, PERO TAMBIÉN
LA HISTORIA DE BUITRES QUE NO FALTAN
El soldado lo tenemos en la mente como un personaje fuerte, casi insensible, que no se arredra ante nada y que por lo mismo es capaz de enfrentarse a todos los problemas por fuertes que sean, de tal manera que por ser soldado tiene la capacidad de hacerle frente lo mismo a la inclemencia de la naturaleza que a la violencia del ser humano, con tal sentido de obediencia a sus superiores que nada le hará cambiar de conducta así llueva truene o relampaguee como se dice coloquialmente.
Casi como si no tuvieran sentimientos.
Desde luego es un concepto no sólo equivocado sino injusto, porque el soldado por su origen popular de pueblo, es quizás de los servidores más sensibles de la sociedad, con un altísimo sentido de disciplina sin duda alguna, porque sin esa virtud el ejército simplemente no funciona.
El temblor del 19 de septiembre, ha servido entre otras cosas, para poner en claro lo valioso que son las fuerzas armadas, ejército y marina en auxilio de la población por su sentido de servicio y de solidaridad en las circunstancias más difíciles, por su capacidad de entrenamiento y de posibilidades que nadie puede negar.
Los soldados mexicanos en el lugar de la tragedia, en sus distintos programas de auxilio están presentes como siempre, para auxiliar a las familias mexicanas, sin un rostro que busque protagonismo.
Simplemente como soldados, como ejército, como marinos, como pueblo expresión de soldados, porque finalmente es el pueblo organizado en ejército el que auxilia al pueblo mismo.
Lo mismo debiera ser en otras expresiones nacidas con ese concepto como los institutos políticos, pero parece que no se da del todo, pues hasta por ahí apareció un diputado local, que se quiso apropiar del trabajo de unos jóvenes que recolectaron apoyo para los damnificados y colgó una manta con su nombre para aparentar que todo había sido su trabajo.
Hágame usted el favor y luego dicen que no se explican porque los repudian.
EL SOLDADO MOCTEZUMA LUIS HERNÁNDEZ
Es un soldado nacido en el itsmo de Tehuantepec Oaxaca. Tiene 20 años de edad, cuya casa se desplomó por el temblor del 7 de septiembre y su esposa e hija viven en el patio de lo que fue su morada, actualmente sirve al ejército en el 108 batallón de infantería en el estado de Morelos.
El 19 de septiembre, después del terremoto que azotó a varios estados de nuestro país entre ellos Morelos, se convocó a su batallón para ir a auxiliar a JOJUTLA que había sufrido daños. Al llegar de inmediato empezaron a prestar ayuda a la gente atrapada en las casas caídas.
Moctezuma ayudó en una casa, donde encontró el cuerpo sin vida de una niña y después el de una joven mujer que era la madre. Se cimbró ante el descubrimiento y más porque había llegado tarde, pues estaban muertas y gritó de dolor y desesperación y con la mano se cubrió el rostro mientras las lágrimas rodaban por su rostro de soldado joven pero sensible ante el dolor.
Un fotógrafo tomó la gráfica del soldado llorando y todo el mundo la conoció y se emocionó con esta imagen de un militar en llanto.
Finalmente era un joven padre de familia, que comprendía el dolor de otro padre de familia que acababa de perder a su esposa y a su niñita, lloraba por él, con él y por él. Nunca más cerca el ejército del pueblo que en este momento.
EL FUTBOLISTA
Santiago Flores Mora era un niño que el 21 de septiembre de este año, iba a cumplir 7 años, no los cumplió porque murió el 19 de septiembre en la escuela Rébsamen que se derrumbó por el temblor.
Era aficionado al Real Madrid y admiraba a Cristiano Ronaldo. Su madre le escribió una carta al futbolista en que le agradeció haber sido la inspiración de su niño en los años de su vida. Nada más. No pedía nada.
Ronaldo le contestó con cariño y amor por Santiago.
Grande como futbolista. Grande como ser humano.
Dos casos en que el ser humano es el que gana y vence.
Dos lecciones para todos, sobre todo para quienes quieren hacer negocio político con estos casos de dolor humano.
