HIDALGO NO DEBE SER TIRADERO DE CADÁVERES
NI ESCENARIO DE AJUSTES DE CUENTAS
Lo que pasó ayer en Tizayuca no obedece a un clima de violencia llamémosle normal, porque no lo es. Es un resorte ajeno a nuestra entidad y resultante de problemas de un estado vecino como es el Estado de México, que explota en nuestras tierra por la cercanía y por facilidades que se provocaron, entre otras cosas, por las puertas abiertas de libre tránsito, y principalmente por la enorme posibilidad que se tienen para adquirir vivienda, gracias más que nada a una desordenada política de construcción de casas en que se benefició de manera anárquica a constructores que destruyeron, en su afán de hacer dinero, los crecimientos ordenados de Hidalgo hasta convertirlos en ciertas zonas en verdaderas ciudades perdidas.
Desde luego no faltarán los que tomando el caso de Tizayuca se rasguen las vestiduras y se lancen con todo en contra de la administración actual culpándola de la situación, sin reparar en que el crimen lo cometen gentes que no son del estado y que de acuerdo a lo que dio a conocer el procurador fue un AJUSTE DE CUENTAS entre delincuentes. Que el ajusticiado era por lo que se sabe un delincuente, secuestrador con ingreso en el penal de Barrientos de Tlalnepantla y con problemas con la justicia.
La llegada a Hidalgo de este tipo de gente, sin dejar de reconocer que también llega gente muy valiosa, se debe a que no se puede negar la llegada de quien quiera, por la libertad de tránsito que tenemos los mexicanos, y a que comprarse una casa en Hidalgo no es cosa cara para muchos ciudadanos del Valle de México y porque quienes se dedican al negocio de la construcción han encontrado que tenían en este negocio una mina de oro, por lo menos hasta hace poco, porque se despachaban bien y bonito con permisos y violaciones a la ley , pues se daban el lujo de entregar los fraccionamientos sin cumplir con la ley, dejando para el estado el cumplir con obligaciones que a ellos les tocaba.
¿ESO QUÉ PROVOCÓ?
Por desgracia que al estado llegara, junto con gente buena, mucha gente indeseable, que encontró en nuestra tierra un lugar donde esconderse de sus pillerías como parece que sucedió con los ajusticiados ayer en Tizayuca.
POR ESO
El 22 de febrero de este 2017 el gobernador FAYAD decidió con el coraje de algunos CONSTRUCTORES transas que no se autorizarían más construcciones o edificaciones de fraccionamientos en Pachuca y Mineral de la Reforma, porque la oferta existente ya había rebasado la demanda local así como los servicios municipales y del estado. Precisando que lo que se tenía que construir era vivienda de interés social donde hiciera falta y no donde sobra.
Y dijo más al decir: “porque sucede que los desarrolladores llegan y ofrecen las perlas de la virgen para luego dejar a medias la entrega de servicios así como la municipalización de sus fraccionamientos”; y puso el dedo en la llaga al decir que el problema de la migración proveniente de entidades se debe subsanar en entidades como el Estado de México o la Ciudad de MÉXICO, PERO QUE SE ASIENTA EN NUESTRO ESTADO Y DE ESTA MANERA lo único que dejan en Hidalgo es violencia y delincuencia.
POR TODO ESTO
No será raro que los muertos de Tizayuca sirvan de pretexto para que los afectados por el cierre de sus negocios de constructores saquen las uñas para reclamar y ver si se les abren las puertas para seguir en sus movidas chuecas.
Pero queda claro que si bien no somos el paraíso, tampoco nos merecemos que nos agarren para que nos vengan a tirar sus muertos cada que se les ocurra o peor tantito para que vengan a ajustar sus cuentas de delincuentes como sucedió ayer en Tizayuca.
Digo… como que no va.