ALFIL NEGRO

EL PRI Y EL GOBERNADOR DE LA MANO
UNA DE SUS GENTES ES YA PRESIDENTE

El gobernador OMAR FAYAD decidió, por lo menos así se ve, remediar de un solo golpe la rara situación del PRI en Hidalgo que debiendo ser el gran apoyo de su gobierno se convirtió por extrañas razones en un primer momento, el de su campaña, en un adversario por lo menos en su dirigencia y cuadros de mando que se empeñaron en boicotearlo y alentar acciones encaminadas a que no fuera el candidato ni el gobernador en una extrañísima lógica que sólo los muy grillos entenderán.
Es un secreto a voces que los jefazos priístas no se sumaron a la campaña de Omar y que lo estorbaron cuanto pudieron, pese a la gran aceptación de los ciudadanos que finalmente lo llevaron a la gubernatura, pudiendo decirse que ganó porque así lo quiso la gente, no el PRI que atendió órdenes de quién sabe quién para esa actitud rara,extraña y torpe.
En un segundo tiempo el Partido tricolor, lejos de convertirse en el aliado más fuerte del mandatario, fue incrementando un distanciamiento con el gobernador en clara muestra de que pese a todo y los movimientos que se habían dado en el gabinete con la salida de la vieja clase política, en el partido, salvo excepciones, el baile continuaba de acuerdo al ritmo y la música del sexenio ido, lo que evidentemente era jugarle chueco a Omar.
Uno supondría que las propuestas del gobernador contra la corrupción encontrarían eco formidable en su partido, pero nada. Si alguna institución debió pelear con todo para impulsar y ponderar el nuevo estilo de gobierno cercano y de diálogo con el ciudadano, así como la construcción de todo un andamiaje para el Sistema Estatal Anticorrupción, esa debió ser el Partido del bulevar Colosio, que medio meneó una manita para apoyar a Omar.
Es evidente que de acuerdo a la realidad, el partido caminaba por un camino y el gobernador por el suyo y que en vísperas de la gran jornada del 2018, cuando se debe elegir Presidente de la República y en casa candidatos propios para senadores,diputados federales y locales, la elección de candidatos no podía quedar en manos de grupos y priístas con camisetas en las que ni de broma aparecía el nombre del gobernador al que, al parecer seguían, viendo como un extraño.
Al parecer el gobernador, en la lógica de tener en “su partido” a un aliado fuerte y no un bosque de enredos y hasta celadas, cortó por lo sano y promovió a la presidencia del partido a una de sus gentes como lo es Leoncio Pineda Godos-LPG- y dejó fuera de la jugada a quienes se promovieron para el puesto con jugadas en que exhibieron un supuesto poder que ya se ve que no tienen, o con campañas mediáticas en las que aparecían como los salvadores de su partido.
LOS TRABAJOS DE LEONCIO
Al nuevo presidente del PRI le corresponden tareas nada fáciles, pues debe lograr ante todo la unidad en un partido con dos grupos muy claros: el de los agazapados y nostálgicos del poder que siguen pensando y actuando como si las cosas no hubieran cambiado y al parecer sin aceptar que ya hay un nuevo jefe político en la entidad, y el grupo del gobernador que entiende y se solidariza con Omar y que tarde que temprano se iba a imponer .
LPG, el nuevo presidente entra en un momento harto difícil cuando está por iniciarse la elección de candidatos para diputados y senadores que motiva que todos recurran a su partido en busca de una bandera para la batalla del 2018.
Si en la administración estatal se dice que quienes quedaron fuera no andan muy contentos e incluso se comenta de acciones desesperadas para mostrar su fuerza y de esa manera una reconsideración para su situación, ya se puede uno imaginar lo que puede pasar en el partido donde las exigencias cuentan con el aval de grupos de poder, padrinos poderosos, posibilidades económicas para manejo mediático y la real o supuesta puerta abierta de otros partidos como camino del chantaje en que se exigen candidaturas a cambio de lealtades podridas.
Por lo pronto, en nadie quedó duda de que el partido será un aliado poderoso del Gobernador y que se acabaron los jueguitos de vencidas entre el Ejecutivo y los que se sentían dueños del partido, y de ello quedan como líneas de conducta las palabras del nuevo jefe priísta cuando dijo que : “no habrá sanas distancias con el Ejecutivo, ya que nos une la pasión por Hidalgo, los anhelos de cambio y la esperanza de la gente”.
Así o más claro.
EL JUEGO DE AJEDREZ
El tablero del ajedrez político refleja una jugada buena del gobernador. En el momento preciso dio el manotazo en la mesa para dejar claro que el poder lo ejerce él, por encargo de la gente y de los priístas leales, y que si alguien tiene banderas escondidas abajo de la cama o en el armario como moneda de cambio en busca de puestos, está poco menos que perdido.
El momento previo a la gran jugada para el 2018 señala que quienes buscan candidaturas tendrán que ceñirse a las reglas de su partido, que a voz en cuello puntualizó que no habrá sanas distancias y sí solidaridad responsable con el Jefe del Ejecutivo.
Al buen entendedor pocas palabras.
Y si bien se habló de puertas abiertas en alusión a una política de inclusión, no hay que olvidar que las puertas lo mismo se abren para entrar que para salir.

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