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ALFIL NEGRO

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CON RAZÓN ESTÁ EL PRI COMO ESTÁ  

(Que algo pasa en el PRI nadie lo puede negar porque es evidente, porque los signos lo gritan en todos los tonos y porque los mismos priístas de dentro y de fuera así lo ponen de manifiesto cada que pueden, con un presidente que busca con todo lo que puede mantener la autoridad en un barco que hace agua exactamente en ese renglón tan vital que es la autoridad, porque se ha minado con agentes de dentro y de fuera interesados en deteriorar la imagen y la fuerza del actual presidente que lucha a brazo partido por mantener a flote este barco tricolor, peleado como botín por muchos de dentro y muchos de los que se fueron que siguen pensando que son los que mandan aunque tengan sobre sus espaldas el signo, eso dicen, de la traición en contra del actual gobernador. Cómo estará el asunto que incluso cartas marcadas, dados viejos, buscan reaparecer para pelear canonjías y privilegios con trucos rancios que de tan viejos a nadie sorprende pero que son de llamar la atención como dice el comercial.)

 

El PRI estatal vive uno sus momentos más oscuros por las ambiciones que se han desatado para pelear el trono de mando, en el entendido de que la actual dirigencia no tiene la autoridad para hacerlo, en una idea nacida de quienes quieren la silla del águila del Bulevar Colosio, con la peregrina idea de que desde ahí podrán imponer su modo de ver  los puestos de poder en las elecciones y en una de esas hasta colocar sus fichas en los cargos de gobierno.

La división en el partido tricolor es al parecer un hecho.

Que el PRI se divida es noticia, porque es la unidad lo más sagrado en este partido, de tal manera que atentar contra la unidad es el pecado más grave que puede cometer cualquier tricolor, porque es tanto como atentar contra la vida del mismo partido.

Sin embargo es el caso de que en este momento el PRI de Hidalgo tiene signos de estas fragmentado y enfrentado en sus grupos y facciones que a lo mejor existían antes pero al final se unían para no poner en riesgo las victorias electorales en el entendido de que ganar y mantener el poder era y es el sentido real del PRI como Instituto Político.

Pero el PRI en Hidalgo es un partido lastimado, herido en su alma, porque desde la campaña para Gobernador tuvo un comportamiento ajeno  a su compromiso de jugársela por su candidato, para atender al parecer caprichos, enojos, frustraciones e intenciones de quienes buscaban más que los intereses del partido sus propios intereses y capitales políticos y económicos.

Y se dice que por ello el partido, por lo menos en algunos de sus dirigentes y muchos de sus cuadros jugaron un partido equivocado, traicionando la regla básica de su esencia que es la lealtad.

OMAR FAYAD ganó la gubernatura, se afirma, pese a su partido o por lo menos en contra de la voluntad de dirigentes y quienes ordenaban en ese entonces en el estado.

Es lógico que ya en el periodo de gobierno de OFM el PRI tuviera una existencia poco claro por decir lo menos, hasta el grado de que la división fuera una manifestación que tuviera manifestaciones claras.

Los grupos en el partido se han manifestado como tribus con poder, alentados, se comenta, por quienes en algún momento dirigieron el instituto y que mantienen contacto con mandos en los municipios y algunos personajes en el edificio Colosio en detrimento de la dirigencia actual.

La situación es tal, que la renovación de los Comités municipales han sido un infierno por la lucha de grupos en los municipios, donde la disciplina que antes era una nota dominante se ha perdido con el soplo de apoyo de quienes buscan descarrilar lo que queda de unidad del partido.

Ante este panorama las voces que exigen cambio de dirigencia se multiplican y se escuchan a lo largo y ancho del territorio tricolor, jalando cada quien de acuerdo a sus intereses y pocos muy pocos pensando realmente en su partido.

Y de ese modo lo mismo en la sierra que en el altiplano surgen las voces de quienes se sienten con la autoridad para condenar la actual situación de su partido y exigir cambios y acción, cuando muchos de ellos sino es que todos ellos, son los culpables de la situación que vive su alma mater. Hacerles caso, hacerles el juego parece que sería un gravísimo error, pues ya se ve que son “vivos” que lo que buscan es recuperar el hueso que perdieron.

Seguramente cambiarán a Alberto Meléndez, pero quien lo sustituya debe ser alguien que tenga la capacidad para llevar la camiseta del partido y del gobernador, pero con capacidad.

Dicen que VÍCTOR VELASCO, JUAN DE DIOS PONTIGO Y hasta LEONCIO PINEDA GODOS ex alcalde de Tepeapulco que presentó ayer su renuncia a la delegación de la SCT en Guanajuato  después de cuatro años, son aspirantes al cargo.

Ya veremos…