ALFIL NEGRO

MURIÓ LA TÍA CATA…

 

A las 6:30 horas de este jueves 16 de abril del 2015, la tía Cata decidió que era buena hora para dejarnos y se fue para siempre, con su diente de oro para alumbrar su camino y su sonrisa de siempre para decirnos que la muerte, como decía Cruz Treviño Martínez de la Garza, no es más que un méndigo brinquito y nada más.

Ya sé que no sabes quién es latía Cata, porque no era famosa, vaya ni era candidata como ahora hay muchos.                  

Era una tía como muchas, como las que tienes en casa, que se encargaba de la vida de sus hijas, de las tareas de hogar, y que además trabajaba para enfrentar las necesidades de su familia, siempre con gran responsabilidad y con una enorme alegría.

¿Por qué será que cuando la gente se va para siempre le descubrimos valores y virtudes que mientras viven no las vemos o nos acostumbramos a verlas como algo normal, y ya que nos dejaron nos damos cuenta de lo extraordinaria que eran?

Así era la tía Cata, que supo ser capitán del barco de su familia y dirigirla en el mar bravo de la vida, con energía y con amor, ser padre y madre, con una enorme responsabilidad para sacar adelante a sus niñas razón y causa de su existencia.

Fuerte como roca cuando las circunstancias de la vida, parecían hacer zozobrar el barco de su familia, pero siempre a flote por la energía que le supo dar al camino de todos.

Hae unos meses le diagnosticaron cáncer en grado terminal.

Nada se podía hacer.

Pidió hablar con su familia.

Uno por uno, pasaron para platicar en un diálogo que fue más bien una despedida.

Los recuerdos llegaron en cada uno, los sobrinos, ahora hombres y mujeres casados, tuvieron mucho qué agradecer y recordar junto con ella, lo mismo que las personas mayores.

Todos sabían que era la última vez que la  miraban y la escuchaban,  por la gravedad de la enfermedad.

Hoy, a las 6 y media de la mañana, se fue.

Te cuento esto, para que aprecies a la gente de tu casa, a tus padres y a tus hermanos, a tus tías y tíos.

Uno nunca sabe cuándo se pueden ir.

 

Si puedes decirles que los quieres, díselos, porque luego no queda tiempo y se lamenta uno toda la vida de no haberlo hecho.

Ahora que hay tiempo….hay que hacerlo.

Después, sólo queda, en muchos casos, el lamento de ¿por qué no lo hice?

Pude escribir sobre muchas cosas, sobre todo ahora que estamos en tiempos de elecciones y el tiempo da para eso, pero me pareció que la tía Cata era más importante.

Los señores candidatos así lo entenderán., y si no lo entienden, muy su problema.

Por otro lado, no quise que me pasara lo del escritor alemán Gunter Grass recientemente fallecido, que toda su vida sufrió el no hablar a tiempo sobre su pertenencia a la SS Frundsberg, el cuerpo de élite de los nazis asesinos en la guerra mundial, para no manchar su fama de antinazi, cuando él había sido nazi.

Por eso en su biografía, cuando se arrepiente de su silencio culposo, dice que en su epitafio debe decir: “Guardé silencio”.                             

No quiero uno igual en el caso de la tía Cata, por eso este pequeño homenaje en su memoria y el de muchas tías Catas que nos dejan todos los días.

Descansen en paz.

Y a sus familias, un abrazo cariñoso.

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