ALFIL NEGRO

EN UNOS DÍAS

VIERNES SANTO

 

En unos días, el 3 de abril para ser exactos, será viernes santo, el día en que según la tradición crucificaron y dieron muerte a Jesús de Nazareth , El Mesías, y que marcó para siempre la historia de la humanidad, de tal manera que los días del hombre se escriben con el “antes” y “después de Cristo” dada la importancia del nazareno en las páginas de nuestras vidas, se quiera o no.

Desde luego en gran parte es cuestión de fe, aunque el historiador judío Flavio Josefo aporta para los que todo lo cuestionan los datos suficientes para la presencia histórica de Jesús como personaje real en toda esta trama que la religión recoge después a través de los evangelios de Lucas, Marcos, Juan y Mateo, aparte de los hechos de los apóstoles y las cartas de los apóstoles y todo lo que es el Nuevo Testamento y la gran tradición de la iglesia.

Aunque es la Navidad una fiesta central para todos los cristianos por todo lo que significa el nacimiento de Cristo, la Semana Santa por su significado de sacrificio del Mesías por el hombre, de la entrega de la vida del salvador por el bien de la humanidad tiene un símbolo tan fuerte, que pasan y pasan los años y nos sigue impactando.

A lo mejor más en la provincia que en las ciudades, pero con una carga de emotividad que nadie puede negar, pese a las campañas publicitarias para convertir estos días en periodo de vacaciones muy lejanas ya a los días de meditación y de oración de otros tiempos.

En esto de la fe cada quien es libre de actuar como mejor le plazca y de acuerdo a sus convicciones, y pretender que se actúe de acuerdo a lo que uno quiera es casi siempre tiempo perdido, porque tanto lo uno como lo otro, es decir tanto creer como no creer es una decisión en la que si se cree es cuestión de fe que dicen los teólogos ,es algo que Dios regala y no se obtiene porque uno lo merezca o porque se compre en alguna iglesia, y si no se cree casi siempre es por alguna circunstancia que lleva a esa postura.

Ambos casos son respetables, cuando nacen de convicciones serias, no así de quienes lo hacen para hacerse los notables o para llamar la atención, porque en esos casos evidentemente no valen la pena ni de comentarse.

 

Quienes venimos de familias de fe, entendemos la vida desde ese valor porque nos ayuda en el camino de la vida y nos fortalece en los momentos difíciles que este andar nos da, ya sea en lo familiar y en los recodos del caminar. Es la fe, el creer en algo, el confiar en un valor supremo, en el amor de un ser infinito lo que nos fortalece y nos anima a seguir caminando y a tener esperanza en que todo puede y debe cambiar para bien.

Es lo que en casa nos enseñaron, lo que la madre de familia con su amor nos dijo que es la vida y lo que con gran amor nos cantó a muchos de nosotros cuando éramos niños y nosotros les enseñamos a nuestros hijos en este correo de la fe de padres a hijos, y de abuelos a nietos, y que nos hace una comunidad de fe y que a lo mejor mantiene vivo a este país en estos momentos en que los catastrofistas profetizan que se hace pedazos, y que los hombres y mujeres de fe lo ven como una oportunidad para levantarlo y hacer que camine como Lázaro a quien veían como un cadáver pero el maestro miró como simplemente dormido.

Las procesiones con Padre Jesús de las Tres Caídas allá en el pueblo, con el “perdona a tu pueblo señor”, el canto de todos pidiendo perdón al señor, que no era otra cosa que parte de los siete salmos penitenciales como el 129 “mi alma espera en el Señor, espera en su palabra”… o el salmo 50 … que el pueblo hizo suyo co sus propias palabras.

El Viacrucis o camino de la cruz es otra forma de vivir la Semana Santa. Antes junto a la madre, que con su fe y su devoción nos enseñó lo que es esta semana que está a la vuelta de la esquina y lo que es la fe, que ahora a más de uno le hace sonreír, porque no le dice nada ante tanta tecnología, pero que a lo mejor es la gran solución para tantos problemas que estamos viviendo.

Ahora se cuestiona todo, no se cree en nada, porque es la actitud en que nadie tiene la fuerza para hacerse creíble.

Dudar de todo y de todos es la forma de caminar, de tal manera que la desconfianza es la manera de transitar por la vida.

Quien dude más se convierte de inmediato en líder de opinión si es comunicador, o en líder político si se dedica a esta profesión.

¡Ay de aquel que se manifieste como seguro de algo o de alguien, o mejor como hombre de fe en alguna doctrina o propuesta, porque de inmediato lo descalifican!

Si en este momento alguien se manifiesta con fe en Cristo lo más seguro es que de inmediato lo descalificarían por muchas razones, porque esa es la moda descalificar a quienes creen en algo y peor tantito si se tiene fe en algo o en alguien.

Y parece que eso es lo que urge: creer en algo y en alguien, creer en el hombre, creer en nosotros y en las propuestas que valgan la pena y no descalificar todo sólo porque vienen del de enfrente y no de nosotros.

Propuestas como la que hizo ese humilde carpintero de “amaos los unos a los otros”, que con toda seguridad, para esta hora ya estarían descalificando los partidos políticos por electorera.

Y creer no cuesta nada…

Nada.

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