ALFIL NEGRO

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¡ES UNA NIÑA! ¡ES UN NIÑO!

No hay momento más hermoso

que cuando nacen los hijos,

y no hay momento más triste

que cuando ellos se marchan.

Y llega hasta  la memoria

aquel instante de gloria,

en que una voz nos bendijo:

¡Es una niña, señor!

Y la vimos tan hermosa

tan pequeña y tan gigante,

en ella cabía la luna

las estrellas y los sueños.

Y cantamos al eterno

por el regalo tan tierno

y ensayamos piruetas

payasos llenos  de gozo,

sonajas cometas locas

y zapatitos de estambre.

La niña creció tan bella

inteligente y hermosa,

alma de plata muy pura

y corazón de oro y cielo 

y nos basta una sonrisa

para creer en la vida,

para ver en cada nube

un ademán de la vida

niña hermosa niña bella

camino de sueño y cielo.

Y luego pasado el tiempo

nos dijeron con campanas

¡Es un niño… ¡Es un niño!

y lloramos al mirarlo,

“Tu retrato” alguien nos dijo,

y con vanidad de padre

vimos que sí, que era cierto,

que ese niño que llegaba

tenía ojos parecidos

a nuestros ojos de bosque

y a nuestra alma de milpa,

y nuestros sueños dormidos.

Ya  cuando el tiempo ha pasado

nos alegra y nos conmueve

ver su espíritu rebelde,

hombre recio hecho de roca

de verdad como divisa,

y honrada lluvia de junio.

No por algo vino pronto

como presente de vida

cuando su hermano querido

se nos fue ya para siempre.

Y al final canción de cuna,

” es un niño” nos dijeron,

mirada de un ángel bueno

camino de la ternura

el retrato de su madre

y alegría de su hermana,

lo vimos crecer en sueños

con un mucho de poeta,

que le exige al universo

que si las mujeres vuelan

una de ellas que le enseñe

los caminos de las nubes.

Y mientras ellos llegaban

yo ensayaba las canciones

y mis giros de cirquero,

y en  una red de niebla

intentaba cada noche

atrapar la luna entera, 

y guardarla en baúl viejo 

para cuando ellos llegaran,

y en la noche solitaria

mis canciones viento fresco

plata de minero viejo,

reloj repleto de horas

campanadas para el volo 

y dulces para pequeños.

Los hijos son el camino

que se sigue y no termina,

y un asomo que tiene

ademán de eternidades.