SÓLO UN POCO AQUÍ
Adalberto Peralta S.
Cuánta razón tenías
Señor Netzahualcoyotl,
cuando los ojos
puestos en el cielo,
con el fondo ritual
del teponaxtli
y el triste soñar de chirimías,
con voz de profeta texcocano
filósofo del Valle
y la chinampa,
fuiste la voz que suena sin recortes:
que nada es para siempre
aquí en la tierra,
que sólo es un poco de existencia,
y después aunque sea de jade
O sea de oro,
todo se quiebra y rompe con el tiempo,
“No para siempre
aquí en la tierra
sólo un poco y después nada…
Cuánta razón tenías
señor Netzahualcoyotl,
para decir que somos pasajeros,
que sólo un poco
aquí en la tierra,
y que aún los príncipes y reyes
que como todos
a morir vinieron…
¿Quién te lo dijo
señor Netzahualcoyotl?
¿Quién te inspiró
la luz de las verdades?
En una hora del Dios Huitzilopochtli
de Quetzalcóatl y el mar
de atecocolli,
para mirar con ojos de profeta,
que vivir es una suerte corta
y que es la duda del día que no ha llegado
“¿A dónde iremos,
donde la muerte no exista?”
Y en esta hora
de adioses y partidas,
donde entendemos
que la vida pasa,
y que nada se tiene para siempre,
que polvo somos
y en el nos volveremos,
cuando en gran coro
del gran Netzahualcoyotl,
nos preguntemos
con ansias de infinito:
¿A dónde iremos,
donde la muerte no haya?
Y luego clara
la ansia de horizonte,
de no desaparecer del todo
y para siempre,
De reclamar con
el príncipe poeta,
¿Nada dejaré en pos de mí
sobre la tierra?
¿Acaso en vano
Vinimos a vivir
a brotar sobre la tierra?
Y la respuesta eterna,
la luz que disipa las tinieblas,
con sabor de olas y de peces,
canasto misterioso
del pan multiplicado,
del vino de Canán,
sermón de la montaña,
manos que curan, bendicen
y acarician,
que parten el pan
de la alegría,
monedas de oro y sol
de la mañana,
resonando en la vida
y en la muerte
“Yo soy el camino
la verdad y la vida
quien cree en Mí
no morirá para siempre”.
Descansa en paz
señor Netzahualcoyotl,
la vida sigue
en barca de esperanza,
el Señor de la vida
camina con nosotros,
sólo un poco aquí
sólo un poco…