EL PRI CAMINA AL PRECIPICIO
Por la forma como se están dando las cosas en el PRI, en el proceso para elegir candidato para la elección del 5 de junio de este año en que se habrá de elegir un nuevo gobernador, los signos dicen que está dando un salto al vacío a un precipicio que no tiene retorno, por todo lo que significaría perder después de más de 90 años el poder Ejecutivo en nuestra entidad, entendiendo que el PRI HIDALGO es el último gran reducto del partido tricolor porque el de Hidalgo es un instituto organizado, con priistas orgullosos y activos, y sobre todo con un gobernador fuerte con resultados producto de un buen gobierno, reconocido por todo mundo, pero al parecer ignorado y hasta confrontado por la dirigencia nacional, que no lo toma en cuenta, con todo lo que significa de error buscar ganar una elección de gobernador sin el apoyo de quien tiene el poder Ejecutivo en el estado.
El enfrentamiento público entre Alejandro Moreno dirigente nacional y el gobernador Omar Fayad, por la decisión de Moreno de no dejar que los priistas de Hidalgo elijan a su candidato y de entregar esta decisión al PAN, muestra una falta de de diálogo inteligente y responsable, para encontrar que las diferencias finalmente aterricen en una decisión conjunta que fortalezca la unidad del partido que es la clave para aspirar a un buen resultado.
Lo más lamentable sería la jugadita de ALITO, de dejar que el PAN designe candidato previamente palomeada por el dirigente nacional del PRI para poder ser el que designe candidato en otro estado que le interesa, en esos raros juegos de la dirigencia panista- priista, en que hacen sus movimientos de genios, sin tomar en cuenta a los que votan y a los personajes que pueden si quieren echar al volandero al trenecito de Moreno.
Porque todo indica que Carolina Viggiano puede ser una buena candidata por carrera, experiencia y trabajo, pero Israel Félix es también una buena apuesta, por todo lo que significa su juventud y las lecturas buenas sobre este hecho y un trabajo con resultados.
Pero la decisión debe tener un elemento clave: que no afecte la unidad y una a todos en lo que se decida, a nuevos y viejos priistas, a las bases que aman y defienden a su partido y a quienes han tenido oportunidad de algún cargo público.
Y sobre todo que se cuente con el apoyo del gobernador en su calidad de primer priista para cohesionar a todo el priismo para la gran elección dé junio.
Lo que se ve son ya dos grupos en el partido, poderosos los dos, pero que significan la mayor debilidad del tricolor por lo que crean de división y por lo mismo debilita al PRI para la elección.
Divididos y enfrentados no pueden ganar, y menos cuando Morena tiene buen candidato y el apoyo de la marca AMLO, porque una cosa son los acuerdos que tengan los dirigentes de los partidos, pero otra el sentir de los que irán a las urnas y lo que condenan estas movidas grillas.
ÚLTIMA LLAMADA
Lo que no parecen ver, es que la elección en Hidalgo es importante por lo que se elige, pero tiene una lectura más fuerte y es que de esta elección depende en mucho la suerte de todo el PRI, porque si en un estado históricamente bastión tricolor y siempre gobernado por el PRI se pierde, lo que se hunde no es un barco más, sino el barco insignia, el abanderado nacional de este partido y se iniciará de hecho el camino rumbo al desastre de todo el partido en México.
No es sólo una batalla casera, es una batalla que tiene trascendencia nacional e histórica.
Si el PRI pierde Hidalgo y es derrotado, aunque vaya en una alianza con partidos que le aportan muy poco, el 2024 será un año de otra derrota en la búsqueda de la Presidencia y más si llevan como candidato a Alejandro Moreno en una imposición de candidatura que parece la moda.
El PRI le hace falta a México, ojalá lo sepan los priistas.
Un campo para demostrarlo es Hidalgo, y la verdad no se ven buenos modos de sus dirigentes.