ESTE PAÍS PREOCUPA
La unidad en la vida de los pueblos es lo que le da sentido de comunidad, de destino y de acción, y por el contrario un pueblo dividido o enfrentado en peleas de grupos, camina al fracaso, como dijo el nazareno: ” todo reino dividido contra sí mismo queda asolado y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá subsistir”.
La unidad, ser solidarios, sumar y no restar, jalar parejos, como dice la expresión popular es el camino que lleva a tener argumentos para enfrentar los problemas y resolverlos.
Todo lo contrario, si empiezan a dividirse en grupos para imponerse como los que tienen la verdad, con descalificaciones en contra de los que traen otro uniforme, la situación se presenta difícil y todo se enreda en batallas que al final sólo deja destrucción y víctimas.
Y por desgracia es lo que está sucediendo en México.
Este país que es el nuestro, en el que viven nuestras familias y nuestros amigos, no está bien y preocupa, porque se ha convertido principalmente en lo político y el ejercicio del poder, como se manifiesta en las redes sociales sobre todo, en un campo de batalla en que no se dialoga ni se argumenta para decidir lo mejor para el bien de todos, sino en un campo en que se impone una forma de pensar y hacer política, lo que es de verdad peligroso, sólo una forma de pensar y de ver las cosas que en definitiva es como apropiarse de la verdad en una actitud en que solamente hay un camino y los que no caminan por él, están en el error y se les considera enemigos y se les persigue.
Es una realidad preocupante, porque es tanto como negarle a mucha gente el derecho a pensar y decidir, que es lo que nos hace ser seres humanos.
Imponer la fuerza del poder sin aceptar otra forma de ver el mundo e imponer la fuerza por ser mayoría, sin aceptar correcciones y más aún atacar al hombre inteligente y preparado, así como los centros de enseñanza, es mala señal, porque aunque la fuerza y el poder digan que lo negro es blanco, la verdad es otra.
Es la hora de quienes tienen en sus manos el ejercicio del poder, de los que por preparación pueden orientar a su entorno, y es la hora de la madurez para entender que sólo unidos y con la humildad de aceptarlo, se puede construir un presente bueno para todos y un futuro luminoso, y sobre todo de los ciudadanos para decidir con responsabilidad de historia.
Porque en este momento el país preocupa… y mucho.