NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS
Los refranes son expresiones populares llenas de sabiduría, porque finalmente son manifestaciones de experiencias y conductas ante determinados hechos, que en su repetición hasta el infinito tienen respuestas consideradas como las mejores por sus resultados y su eficacia, y uno de estos refranes dice: “NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS, NI CUERPO QUE LOS AGUANTE”, queriendo decir que los males tienen un tiempo de existencia y luego se terminan, porque la naturaleza así lo dicta, o por la intervención del hombre que tiene la capacidad para enfrentar los problemas y solucionarlos.
En Hidalgo llevamos ya un año y siete meses, en unos días, de la pandemia del Covid-19 que llegó a nuestro estado el 19 de marzo del 2020 con los dos primeros casos, que desde este tiempo se han multiplicado hasta los 60 mil 905 y 7 mil 600 fallecimientos, que se deben considerar como la enfermedad que más nos ha golpeado en la historia. Hemos vivido días terribles por esta pandemia y daños incalculables en la economía.
Pero también dice el refrán que: “DIOS APRIETA PERO NO AHORCA” y que “A TODA CAPILLITA LE LLEGA SU FIESTECITA” y que ” NADA ES PARA SIEMPRE, NI SIQUIERA LOS PROBLEMAS”, porque la pandemia empieza a ceder y el panorama se mejora, de tal modo que de sábado para domingo las cifras fueron de sólo 11 nuevos contagios y por fortuna ya sin fallecimientos. Es sin duda una buena noticia.
Y habla de un buen trabajo que se hace en Hidalgo, incluso con anticipación de un mes, y la instalación de un hospital inflaba cuando todavía no se tenía un solo caso de contagio.
Digno de reconocimiento es el papel que juega el sector salud del estado con profesionalismo ejemplar. El programa HIDALGO SEGURO es de resultados.
Y para activar la economía el programa “HIDALGO MÁS FUERTE” de resultados excelentes como la recuperación de los empleos perdidos, con datos del IMSS, y el que no hayan cerrado fuentes de empleo como se temía.
Es cierto que la pandemia, huracanes e inundaciones nos han pegado y muy fuerte, pero se apostó con tino a hablar menos del problema y a enfrentarlo con acciones y hechos.
Con un extra que es vital: la participación de los ciudadanos que en su mayoría habla de un pueblo responsable.
Y eso es digno de celebrarse.