ALFIL NEGRO

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RECORDAR 

Mientras va pasando el tiempo

y los años se acumulan,

van creciendo las recuerdos

de personas y de hechos,

que nos dicen y recuerdan

que la vida va pasando,

que la edad crece y no pasa

y que nos hacemos viejos.

Pero también es un signo

de que vivimos la vida,

y que la prueba de todo 

es que tenemos recuerdos,

huellas del camino andado

hojas de este calendario

que en cada día se termina.

los recuerdos son la vida

que crecen meses y años,

unos de plata y diamantes

las horas de la alegría,

otros de la noche oscura

de lágrimas y tristeza,

como son todas las vidas

como son todas más sendas.

Y entre todos  los recuerdos

las campanas de mi iglesia,

las que sonaban tan limpias

gorriones de mil colores,

que inundaban todo el pueblo

por las tardes siendo niño,

campanas que las recuerdo

más hermosa que ninguna

mejor que las de San Pedro

o Santiago Compostela

o Notre Dame en París.

Los campos de elotes verdes,

de calabazas y trigo,

y mi padre campesino,

son recuerdos que no pierdo

viejo pueblo gente nueva.

Y mi madre y sus canciones

sus risas y oraciones,

que ahora ya con los años

me hace falta y le platico

de mis hijos que la quieren,

y en noviembre en voz bajita

le dicen “querida abuela”

y yo miro su retrato

ojos bellos, faros ciertos,

que iluminan mi camino.

Y en el fondo de mi alma

guardo celoso el recuerdo,

del día en que esa muchacha

de ojos bellos mariposas,

me dijo que me quería 

y camina mi camino,

que sin ella es mundo oscuro

y con ella es una senda

iluminada de soles.

El recuerdo de mis hijos,

la espera cuando llegaron

verlos crecer y ser grandes,

sin miedo al ogro del cuento,

Arcángeles de granito

siempre cerca de nosotros,

siempre con la puerta abierta

y con la mesa dispuesta,

el pan que se multiplica

el milagro de los peces

Liturgia de amor y cantos.

Los recuerdos son la vida,

los hermanos, los amigos,

nuestras plazas nuestras calles,

los ríos y bosques de pinos,

la comida y sus milagros,

las minas que son recuerdo

mineros de plata y oro,

socavones de fantasmas,

larga fila de recuerdos

camino que se ha forjado

con risas también con llantos,

hasta que pasado el tiempo

también por leyes de vida

no seamos más que un recuerdo.