ALFIL NEGRO

0

EL PLAN “B”

Hidalgo tiene necesidad, por lo menos en los municipios que atiende la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (CAASIM), entre ellos la capital Pachuca, de 20 millones de metros cúbicos de agua anuales para enfrentar las exigencias que se tienen por el crecimiento normal de los asentamientos humanos, centros laborales y otras exigencias, particularmente para el consumo, y no porque no haya agua en Hidalgo, sino porque el agua del acuífero que corre con destino a la zona metropolitana del Valle de México y que es de nuestra entidad, se la llevan en un 50 por ciento el Estado de México y 30 por ciento la Ciudad de México, y a Hidalgo sólo se le permiten 44 millones de metros cúbicos al año y ya urgen otros 20 millones.

ABRAHAM RUBLÚO PARRA Director General de la CAASIM, tiene el encargo del gobernador Fayad de negociar estos 20 millones de metros cúbicos como primer plan para que no falte el agua, y la verdad no se ve fácil, aunque el agua esté en suelo hidalguense, porque el control de los mantos acuíferos no es de nuestro estado, sino del gobierno federal.

Sin embargo, ya se trabaja para tener una respuesta adecuada a las exigencias de nuestro estado, que sería lo justo por lo que representa el hecho de ser agua que nace en Hidalgo y a las urgencias que ya se tienen de la misma.

Se labora también en EL PLAN B, que no es otra cosa que aprovechar las aguas de minas con un procedimiento que se denomina ÓSMOSIS INVERTIDA, que sólo se aplica en Estados Unidos, y con la adquisición de dos plantas, garantizar mínimo para 20 años el agua para la zona metropolitana de Hidalgo.

El gobernador decidió encontrar una respuesta a esta urgencia, y mínimo marcar el camino de respuesta.

El agua que se logre de las minas será agua potable y limpia, y es el plan B de no prosperar el primero de la negociación.

Visto así el tema, se esperaría que prosperara la negociación, y más porque el agua limpia que se le da a la zona metropolitana la regresan a Hidalgo pero totalmente contaminada, y sin un proyecto que tenga la responsabilidad de cuidar la seguridad de nuestro estado, como se comprobó con las recientes inundaciones que lastimaron terriblemente a 9 municipios de la entidad y costaron 17 vidas humanas.

La Ciudad de México recibe el agua que a nosotros nos falta, y está libre de inundaciones, pero no nuestro estado.

Algo no está bien en este caso del agua.