ALFIL NEGRO

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ALFIL NEGRO

Pan y circo

Esta frase del poeta  romano Juvenal, por el año 100 de nuestra era, hace más de 1900 años, denuncia el actuar de los emperadores romanos que recurrían a la entrega de trigo regalado y espectáculos de gladiadores y otras diversiones en el circo romano, para que la población no atendiera ni exigiera soluciones a los graves problemas de la sociedad. 

La frase latina es “panem et circenses”, igual a ” pan y juegos del circo”, que con el tiempo se va adecuando como práctica de muchos gobiernos, de tal manera que en España era “Pan y toros” y así en cada país que requiere de acciones que distraigan a la sociedad sobre las broncas importantes, toma sus propias maneras de hacer presente el pan y circo.

La frase del poeta que no pierde actualidad es: “desde hace tiempo, exactamente desde que no tenemos a quien vender el voto, este pueblo ha perdido su interés por la política y si antes concedía mandos y legiones, ahora deja hacer todo y sólo desea con avidez dos cosas, pan y juegos de circo”.

140 años antes de Cristo los gobernantes romanos encontraron esta fórmula populista y clientelar, que le quitaba a los ciudadanos tener un espíritu crítico y lograba el agradecimiento ciudadano por esta falsa generosidad.

Así lo hicieron varios, y en la historia del mundo muchos gobernantes, que recurrieron a este tipo de acciones para mantener o incrementar su poder, aunque a la larga resultara dañado el pueblo, pues  nunca se atendieron los problemas de fondo, sino que se recurrió a estas acciones coyunturales que tarde que temprano fracasan.

Es cierto que mientras duran son llamativos estos programas, con cara de respuestas sociales a las urgencias de los ciudadanos, pero en Roma llegó el día en que no hubo manera de seguir regalando trigo porque las necesidades del imperio lo impedían, ni los juegos del circo alcanzaron para tener distraído al pueblo, porque no se tenía con qué pagar a los que manejaban el negocio de los gladiadores, y porque la gente lo que quería eran respuestas reales y no cortinas de humo, que sólo distraían pero no daban respuestas reales.

El imperio colapsó porque perdió lo más importante que era tener emperadores capaces y funcionarios que de verdad asumieran sus responsabilidades, ocupando su tiempo en ocurrencias y beneficio real para unos cuantos.

La historia es implacable en cuanto a que quien no aprende de ella, está condenado a repetirla y así le ha pasado a muchas naciones.

Le tocará a cada país ver su realidad, a los partidos políticos medir la situación de sus naciones para actuar en consecuencia.

En su interior cada quien sabe si lo que se  vive es una época de pan y circo y muchas veces con la complicidad de no querer ver la realidad, por lo que se tiene de beneficio en la entrega regalada de trigo y por lo que resulta hasta con disfraz de justicia ,en los nuevos juegos de gladiadores con muchas caras hasta divertidas, o bien  con el rostro de aplicación  de la justicia.

El tiempo siempre pone a cada quien en su lugar, pero mientras llega esa hora son muchísimos los que resultan dañados y muchos los que pescan en ese río revuelto.

Que cada quien asuma su papel con responsabilidad. Porque el pan y el circo son pasajeros.