AMLO, ¿contra los católicos?
El Presidente Andreś Manuel López Obrador parece tener como un resentimiento contra los católicos por razones que se suponen políticas y lo que él puede entender de poco apoyo, sobre todo de ciertas jerarquías, a sus intentos por ser titular del Poder Ejecutivo de México.
Lo que se ha visto es que en algunas de sus referencias a temas, como el revés que se llevó Morena el 6 de junio en la Ciudad de México, donde perdió 9 alcaldías de 16, dice que se perdieron porque la clase media de la Ciudad hizo caso de una campaña de mentiras con una actitud aspiracionista de triunfar a toda costa, salir adelante, muy egoísta, “PERO ESO SÍ VAN A MISA TODOS LOS DOMINGOS, CONFIESAN Y COMULGAN PARA DEJAR EL MARCADOR EN CERO Y DESPUÉS A LO MISMO”.
Es clara la alusión a los católicos, aunque enmarcados en la descalificación a la clase media, porque que se sepa es la única religión que tiene los sacramentos de la confesión y la comunión, aparte de otros cinco.
Obrador que es un juarista declarado, no tiene empacho en citar muy seguido textos de la Biblia, del Antiguo Testamento si se trata de un discurso de condena de acuerdo al Dios fuerte de esa parte de la Biblia, o bien, a los evangelios cuando el tono es de hermandad y servicio sobre todo a los pobres.
Lo que no se sabe bien, o por lo menos de manera pública, es qué religión tiene AMLO, porque él deja todo a la interpretación porque se declara Cristiano en el concepto de seguidor de Cristo.
Como no aclara las cosas muchos dicen que es católico porque afirman que de niño fue hasta monaguillo, y los protestantes afirman que es de ellos por la apertura a sus líderes, aunque los evangélicos pentecostales se llevan el gato al agua por su teología de la prosperidad, que encaja en la política Obradorista.
En esta mezcla religiosa, en que se privilegia lo que se acomoda a un plan de gobierno, parece que de lo que se trata es de tener una teología de la Cuarta Transformación que le dé bases de principios y valores a una forma de gobierno.
Y extrañamente son los católicos, o eso parece, los que quedan fuera de estos amarres y acuerdos, porque la doctrina católica no camina por el lado del aborto o de otras apuestas en lo sexual.
Aunque parece que el fondo del asunto es la postura católica en relación a Obrador, en su lucha por el poder.
A lo mejor lo que no se debe olvidar es que en México hay cerca de 98 millones de mexicanos que son católicos, de 126 millones que tiene el país y que desde 1991 con Salinas hay relaciones con el Vaticano y que ha habido una presencia importante de católicos en la Reforma de 1858, la intervención francesa de 1862 y la Guerra Cristera de 1929.
Con el debate de si fue para bien o para mal.
En todo caso es mejor para México sumar a todos, que crear muros de división o campos de enfrentamientos.
Porque sigue siendo válido lo de “dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
