
EMPEZAR OTRA VEZ
El camino no se acaba,
se interrumpe por la lluvia
por el viento o los granizos,
Pero el camino está vivo
con sus retos y promesas
sus alegrías y tristezas,
esperando nuestros pasos
nuestras voces, nuestros gritos,
porque el camino lo sabe
sin caminantes no sirve.
Las penas y los dolores
frenaron nuestros caminos
y encerraron nuestros sueños
en hospitales y sueros,
y cremaron los recuerdos
de los hermanos y amigos,
Y los caminos de risas
de las noches con estrellas
del viento corriendo loco
se fueron entre la angustia…
El golpe fue en la esperanza,
Y el miedo fue daga ciega
que se acomodó en las casas
y se hizo nido de llanto,
Se cerraron los caminos
se apagaron los cometas,
no hubo niños en la calle
ni gritos en los mercados,
caminos mudos de pena
silencios de acero negro,
todo quieto, todo llanto,
caminos sin caminantes
la vida en congeladora
y en el corazón latiendo
un adiós de despedida…
Pero el camino es paciente
y espera la tarde y noche,
sabe que al fin volveremos
a caminar nuestras vidas,
a reír con nuestros niños,
a besar a nuestros hijos,
a ver correr por la tarde
el viento santo rezando,
a comer nuestras comidas,
a platicar en la plaza
como antes con los amigos,
a oír cantar al zenzontle
y caminar como siempre
con la esposa nuestra vida…
Los caminos no se acaban
parecen medio dormidos
y esperan nuestros pasos
para continuar la vida.
Cuando más negra es la noche
y se cierran los senderos
y se apagan las estrellas,
hay que reiniciar la marcha,
Otra vez a los caminos,
la vida no se detiene,
la luna sigue brillando
cada quien con sus trebejos
a caminar… esto sigue.