ALFIL NEGRO

ALFIL NEGRO

PREGUNTA… 

Conforme pasan los días

y la enfermedad golpea

y a fuerza de ver sus daños,

entendemos que la vida 

es calendario qué pasa,

y de sentir en la sangre

el miedo por lo que viene,

al ver que muchos se marchan

padres, hermanos y amigos,

de ver tan cerca la muerte 

nos surgen a cada momento

pregunta que urge respuestas 

¿QUÉ ES LA VIDA, LA EXISTENCIA?

Y en silencio lo aceptamos

es apenas un momento

que sabemos cuando inicia

pero nunca cuando acaba,

que se marcha cuando quiere

sin que valga en esa hora

dinero o cargo que cuente,

porque el reloj de la hora

no falla ni se retrasa

cuando la cuerda termina

se dice que alguno muere.

Por eso veamos la vida

como oportunidad de plata 

para que al cerrar el libro

lo hagamos con ojos claros,

de haber hecho de la vida

un camino campesino

en que sembramos los surcos

de amor y mucha esperanza,

en que fuimos bendecidos.

Con una esposa y los hijos,

en que amamos esos ojos

de una lámpara bendita

que iluminó nuestra senda,

y vimos crecer los hijos

y luego cómo volaban

y un día cerramos la puerta

cuando agitaron la mano

e iniciaron su camino… 

La vida es sentir el tiempo

que nos hace menos fuertes,

los ojos ya no tan buenos

y el sueño que a veces tarda,

y pasamos largas horas

repasando nuestra vida

mientras todo mundo duerme… 

La vida es tener recuerdos

de los caminos andados,

de paisajes y de rostros,

la voz de la madre amada

que no se va de la mente,

las posadas y piñatas

y el verde de los trigales,

recordar a quien se ha ido

y que no se van del todo

porque si alguien los recuerda

aquí siguen con nosotros… 

Y surgen tantas preguntas 

tantos por qués, que nos duelen, 

Y que al final se reducen 

A preguntar: ¿ qué es la vida?

Y mirando a la familia

a la esposa y a los hijos,

a los padres y hermanos,

los recuerdos y los bosques,

la luna que nunca falla 

el colibrí que nos mira,

el parque de nuestro pueblo

las calles de cuando niños,

la iglesia de pequeños

la calle  donde vivimos,

la música que nos gusta

ver la lluvia y sus barquitos

que de pequeños jugamos.

Y comprender que todo eso

más los sueños y cometas 

es la vida que tenemos

y que el Señor nos regala,

con un reloj y su cuerda

que poco a poco termina,

con la esperanza fundada

de no caminar de balde

y continuar el camino

donde el creador de la estrella

nos lleve tarde o temprano.

Aprender que eso es la vida

oportunidad de cantos,

de construir nuestra casa

de recuerdos y de risas

de llanto y a veces penas, 

de la mano de la esposa

mientras crecen los pequeños,

de ver cómo llega el día

en que ya solitos vuelan,

y abrazarse al recuerdo

de la gente que queremos

y al final del camino

aceptar que lo que vale

no es el cargo ni el dinero,

sino el amor que sembremos

y después ser como todos

sólo un recuerdo que el tiempo

borrará, porque la vida,

de aquí con eso termina.

Pero la fe nos lo dice

la vida no se termina

sigue en otra casa eterna 

donde al final estaremos. 

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