ALFIL NEGRO

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JUDAS: UN PERSONAJE DE NUESTRA POLÍTICA 

Uno de los personajes más repudiados de la historia y de la conciencia colectiva de los valores más importantes del ser humano, sobre todo en esta Semana Santa, es Judas Iscariote, que de discípulo del maestro se ha convertido por sus acciones en símbolo de lo peor, por la traición cometida contra Jesús de Nazareth.

¿Qué fue lo que movió a Judas a su traición? Pudieron ser muchas causas, desde el amor al dinero y lo que este permite, hasta la envidia por no ser el de mayor peso entre los apóstoles o quizá su falta de fe en su guía y Señor, o todas las cosas juntas.

Lo cierto es que lo traicionó por 30 monedas. La traición no es nada nuevo en la historia de la humanidad y tampoco en nuestra historia. Victoriano Huerta traicionó a Madero, Carranza a Zapata, Obregón a Villa, y la lista sigue pues esa práctica forma parte del actuar de muchos que se dicen políticos.

EN HIDALGO… 

Hay personajes que también tienen el uniforme de Judas, y sin ir más lejos no se puede negar que por ejemplo el PRI ha sido traicionado por más de uno de los suyos que mientras recibieron puestos y cargos con quincenas muy buenas, aparte de meterle las uñas a los presupuestos, todo era bueno y que cuando perdieron este paraíso le voltearon la espalda a su partido de origen y se fueron de preferencia a Morena, para ver qué podían lograr.

Y no son pocos, porque el número es grande de estos personajitos que ahora hasta pelean contra su casa de origen, para demostrar que ellos la pueden aunque claro, ya no vestidos de tricolores sino de guindas, azules o del color que sea.

Esos son los Judas, digamos sin máscara, porque los hay enmascarados que no se van del partido, pero actúan de acuerdo a sus conveniencias e intereses y dividen a su casa y le quitan fuerza en su obsesión por el poder, como sucede en este momento en que la pelea por la candidatura para la gubernatura ha deseado una lucha sin reglas ni respeto por el partido, y en que lo que se ve es una frenética búsqueda de la candidatura a todas horas y en todas partes.

Faltan los Judas resentidos y dolidos, que extrañan y añoran los días en que ellos eran las figuras poderosas y ya no lo son. Mueven sus hilos y conexiones para dar una prueba de lo valiosos que son y se retratan junto a quienes pueden ser los futuros del poder, para que quede muestra de que allí están, listos para revivir viejas glorias.

En los otros partidos es lo mismo. Ninguno se salva, porque Judas tiene mil caras y rostros y es una hierba que crece en todos lados.

Nada más que el del Evangelio se ahorcó por su traición y estos de casa ni pensarlo, porque mientras logren el poder y el dinero todo es bueno.