ESCUELA
Estos días de silencio
de espera y de temores,
se vuelven una escuela
en que todo aprendemos,
el corazón renace
y el alma se renueva,
y lo que ayer no vimos
se vuelve claro y firme,
y lo que hemos ignorado
lo vemos con certeza.
Son días de aprendizaje
en la escuela de la vida,
en que nos queda claro
la canción de la tarde,
el latido del viento,
la agenda de la estrella,
el ritmo de la noche
y ese verde canto
del aire en los trigales,
y de tanto mirarlo
entendemos alegres
la danza de los bosques,
y en nuestros ojos de niños
se nos graba por siempre
el mapa de los cielos,
y con reloj en mano
sabemos los horarios
de la luna de plata,
del lucero de oro,
del colibrí que viene
a mirarnos curioso
para irse volando
como risas de niño.
Aprendemos con fuerza
del amor de la esposa,
de todo lo que vale
sentir cerca a los hijos,
mirar a los hermanos,
sentir a los amigos
y comprender entera
la verdad que no miente
que lo que siempre vale
a veces no lo vemos,
y damos importancia
a monedas sin precio,
y dejamos torpes
los Ángeles que el cielo
escrituró en la vida.
Estas horas de encierro
son escuela y son vida,
esta hora del viento
de la estrella y del cielo,
de la esposa y los hijos,
del amigo y hermanos,
y los ojos se abren
para mirar contentos
que lo que vale todo,
lo tenemos tan cerca
y que sólo hace falta
que el corazón se abra
y abrace la vida.
