¿CAMBIO DE RECTOR EN LA UAEH?
Como están las cosas en la UAEH, se habla ya de la necesidad de un nuevo rector en lugar de Adolfo Pontigo Loyola, que es de alguna o muchas maneras, presencia de Gerardo Sosa ahora detenido, en el entendido de que nada se mueve o se movía en la casa de estudios si no lo aprobaba Sosa.
Por lo mismo, no se dice nada fuera de sentido, si se considera que Don Adolfo llegó a rector porque así lo quiso el Jefe del Grupo Universidad.
Pontigo no es el único que debió recibir el aval de Gerardo, pues en la misma situación se puede suponer que estuvieron rectores como Humberto Veras Godoy, Flores Álvarez, y otros, que aún teniendo el perfil idóneo para el cargo se les ubica como decisiones de Sosa.
En el lado contrario, están los que debiendo ser rectores quedaron fuera porque significaban un peligro para el poder del patrón del grupo, por su indudable capacidad y sentido de independencia. Entre ellos gente como Pablo Vargas, que pudo ser un buen rector pero detectado su potencial se le puso fuera de la casa de estudios. Y como él varios más.
Adolfo Pontigo se ha esforzado por una buena actuación, pero es muy difícil lograrlo cuando en lo importante se tenía o se tiene que tener el visto bueno del Jefe real de la universidad.
Y los problemas con Gerardo detenido han salpicado a Pontigo y Veras Godoy, con cuentas congeladas y el temor de la mano de la justicia, lo mismo que a otros personajes del grupo.
Por este ambiente de temor, de no saber por dónde navega el barco Universitario, no parece que sea lo mejor para la Universidad mantener al rector actual y sí muy recomendable, por el bien de maestros y alumnos que el timón pase a otras manos.
La oposición será muy fuerte, porque sería el símbolo del fin del grupo y peligroso para determinados personajes.
Pero las circunstancias parecen indicar un cambio de rumbo, como un renacimiento de la Garza, donde no haya un dueño y señor de la Universidad, sino un campo donde la libertad y la creatividad sean el ambiente de universitarios y junto con sus autoridades dueños de su camino.
Parece la hora de un nuevo rector, que no nazca de la voluntad, capricho o cálculos de un dueño.
No sería nada raro, porque en esta vida nada en cuanto a poder es para siempre.