LLEGARÁ EL DÍA…
Más temprano que tarde
llegará el día del sol,
de secar con cristales
el llanto y la tristeza,
de volver a las plazas,
de abrazarnos como antes,
de reír y cantar,
de caminar sin miedo
por esas calles nuestras,
de ver pasar la vida
con sus voces y gritos,
de volver a la iglesia
para rezarle a Dios…
Más temprano que tarde
pasará en cruel recuerdo
las noches de tormenta,
de oscuridad y miedo
de jeringas y sueros
de camas de hospital,
de esperanza golpeada,
estrellas que se rompen,
cometas sin destino,
trigo que no se come
frutas que se nos pierden
en un río de temor…
Más temprano que tarde
sonarán las campanas
de nuestros días de fiestas,
de los niños jugando,
de risas aves luces
de las mesas con panes
de vida y con amor.
Más temprano que tarde
habrá luz en las casas,
los jardines con flores,
los ríos llenos de peces
los árboles con frutas
en plena libertad…
Y cesarán los llantos,
la espera andén del miedo,
despedidas amargas,
ojos que en vano buscan
el rostro de la madre
que de pronto se va,
o la risa del hijo
que una noche cualquiera
se fue y ya no volvió…
Más temprano que tarde
las puertas de las casas,
se abrirán sin temores
y la luna de plata
entrará a nuestra mesa,
Sacramento promesa
del Señor de los astros,
compañero de viaje
en la barca del lago,
calmando al viento fiero
llenando nuestras redes
de peces de esperanza,
mares de trigo verde,
anuncio de las cenas
con el vino y el pan.
Más temprano que tarde,
volverán nuestros pasos
por las plazas del pueblo
a comer los helados
que extrañamos callados,
los tacos que nos gustan;
barbacoa con sus salsas
la vida que se fue…
Más temprano que tarde
volverán las canciones,
las posadas de siempre,
piñatas de luceros,
las fiestas de los pueblos y
las familias en casa
la alegría de vivir…
Más temprano que tarde
el temor y el miedo
se irán de nuestras horas,
y volverán las horas
llenas de viento y soles
de música y de paz.
Más temprano que tarde…